VIENTO DE FURIOSO EMPUJE

VIENTO DE FURIOSO EMPUJE
Alegoría de la batalla de Guadalete, julio de 711 - Autor del lienzo: J. M. Espinosa

domingo, 17 de mayo de 2020

Párrafos destacados (19)


De nuevo extraigo unos párrafos de la novela “Viento de furioso empuje” (A la venta en Amazon, tapa blanda y ebook), alusivos en esta ocasión a un nuevo personaje, Policronio, que se las da de muy culto porque domina como pocos a los clásicos. ¿Razón? Asegura que su origen es griego y ha nacido en la Mallorca bizantina, que en su caso son motivos más que suficientes para poseer tal condición.

Capítulo XIX. El vino
     El jerife se acercó a la alacena, tomó uno de los códices entre sus manos, lo aproximó a la lámpara y leyó algunos datos de la primera página: ANÁBASIS, obra de Jenofonte de Erquía, hijo de Grilo y Diodora. Aquí hallarás en siete libros la narración acerca de la retirada de los «diez mil».
     —… ¡En verdad que es un libro valioso! —exclamó Yunán—. Había oído hablar a mis preceptores de este texto y nunca tuve ocasión de leerlo. Es más, oí cómo lo citaban recientemente en una librería egipcia.
     —Y el otro, aunque incompleto, puesto que le faltan varias hojas del final, aún posee mayor valor —afirmó Policronio, exhibiendo un nuevo gesto en el que parecía indicarle a Yunán: «Al haber leído yo estas obras, no tengo más remedio que saber tanto griego culto como tú»—.  Se trata, nada menos, que de una versión antiquísima de LOS NUEVE LIBROS DE LA HISTORIA, de Heródoto de Halicarnaso, padre inspirador de historiadores.
     Yunán sonrió ante el gesto implícito de desafío cultural. Según hablaba Policronio, el agareno tomó el otro libro y observó que estaba encuadernado con planchas de madera que se ataban con unas correas finas y que en su interior, plegados en forma de cuadernillos, había una sucesión de pergaminos sin coser, cubiertos por ambas caras de caracteres a dos columnas que repasó y que, deteniéndose en el librillo inicial, comenzó a leer en voz alta: Ésta es la exposición de las investigaciones de Heródoto de Halicarnaso, para que no se desvanezcan con el tiempo los hechos de los hombres y para que no queden sin gloria grandes y maravillosas obras, así de los griegos como de los bárbaros

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios están moderados. Aparecerán a la mayor brevedad.