VIENTO DE FURIOSO EMPUJE

VIENTO DE FURIOSO EMPUJE
Alegoría de la batalla de Guadalete, julio de 711 - Autor del lienzo: J. M. Espinosa

viernes, 31 de julio de 2020

Párrafos destacados (y 46)


Finalizo aquí la serie de “Párrafos destacados” sobre la novela “Viento de furioso empuje” (Amazon, tapa blanda y Kindle). Son 49 los capítulos que componen la obra y no quiero cometer el error de desvelar antes de tiempo un final que, al decir de algunos lectores, resulta sorprendente y deja con ganas de seguir leyendo. Lo que si quiero reafirmar es mi agradecimiento a cuantos hayan leído esta serie en cualquiera de los medios donde se ha ido insertando: blog y redes sociales. Un saludo cordial.

Capítulo XLVI. Écija

     La llegada a las proximidades de Écija propició cierta inquietud entre los componentes de un ejército rifeño que habían ido sumando, durante los días de marcha libres de acoso hispano, un descomunal volumen de rutina y aburrimiento, estado de ánimo en el que un guerrero se interesa más en no perder la comodidad del sueño apacible, así como de los alimentos asegurados, que en la recuperación de cuantas virtudes y habilidades, sumadas al coraje, conceden nuevas victorias.
     Camino de la tienda del rais, Yunán percibió a través de los numerosos comentarios oídos al paso, e incluso de alguna pregunta que le fue formulada directamente, que los guerreros comenzaban a recobrar la tensión y aguardaban las decisiones que aquella noche se adoptasen, donde se definiría el  tipo de estrategia que iba a practicarse ante unos vitizanos de lo más escaldados por el resultado de la batalla en Sidonia, tan contrario a los planes de la facción goda, ya que el ejército de Tariq no solo resultó poco menos que intacto, cuando habían previsto que se desangrase junto al de Rodrigo, sino que en las últimas jornadas fue sumando miles de voluntarios entre los disconformes con el proceder de la monarquía visigoda. Se trataba, pues, de un sentimiento de agravio como consecuencia del maltrato dado a los judíos, pero también a un buen número de hispanorromanos.  
     Yunán se acercó a la tienda de Tariq, cuya dimensión era mucho más reducida que la usada en Alcázarseguer. El agareno observó que el aposento se hallaba rodeado a cierta distancia de una nutrida guardia y que no había ninguna otra tienda cercana desde la que pudiera escucharse cuanto hablasen el jefe islamita y sus aliados. El dispositivo de seguridad no acostumbraba a ser tan estricto, un detalle que le confirmó a Yunán que en la reunión se plantearían los pormenores de la siguiente batalla y que Tariq pretendía, además de proteger a los reunidos, impedir que algún voluntario hispano de última hora llegase a conocer sus planes y fueran revelados a los vitizanos de Écija.

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