Se sabe que los visigodos ocuparon
gradualmente la totalidad de Hispania a partir del 462 y hasta el 711, aproximadamente.
Inicialmente lo hicieron como aliados de Roma, pero más tarde, con el
sometimiento de los suevos y la expulsión de los bizantinos, los visigodos crearon un reino
unitario con capital en Toledo que comprendía los actuales estados de España y
Portugal (sin las islas), así como el sureste de Francia (Septimania) y una
buena franja del norte de Marruecos.
El origen de los visigodos es de lo más incierto.
Durante muchos años se tuvo la creencia de que formaban parte de las tribus
germánicas (aún hay quien defiende esa teoría) y de que su solar primigenio fue
el sur de la actual Suecia, concretamente la región de Gotland, incluida la
isla del mismo nombre, a partir de la cual se movieron por media Europa.