Se sabe que los visigodos ocuparon
gradualmente la totalidad de Hispania a partir del 462 y hasta el 711, aproximadamente.
Inicialmente lo hicieron como aliados de Roma, pero más tarde, con el
sometimiento de los suevos y la expulsión de los bizantinos, los visigodos crearon un reino
unitario con capital en Toledo que comprendía los actuales estados de España y
Portugal (sin las islas), así como el sureste de Francia (Septimania) y una
buena franja del norte de Marruecos.
El origen de los visigodos es de lo más incierto.
Durante muchos años se tuvo la creencia de que formaban parte de las tribus
germánicas (aún hay quien defiende esa teoría) y de que su solar primigenio fue
el sur de la actual Suecia, concretamente la región de Gotland, incluida la
isla del mismo nombre, a partir de la cual se movieron por media Europa.
En nuestros días hay estudios muy bien argumentados que consideran justo
lo contrario: la tierra de origen de los visigodos se situó a orillas del
río Vístula, comprendiendo su desembocadura en el mar Báltico y a partir de la
cual establecieron algunos asentamientos en Lituania, Finlandia, sur de Suecia
y la isla de Gotland.
Así, pues, al parecer los godos no fueron de
etnia germánica o escandinava como se ha venido creyendo, sino más bien escita o sármata emigrada hacia el Báltico.
De hecho, la presión de los germanos y el avance de los eslavos, que
emparedaron a los godos y presionaron sobre sus tierras bálticas, determinaron
que se trasladaran a las llanuras del Danubio (Ucrania-Rumanía), es decir, que
volvieran a casa de sus antepasados lejanos, donde se establecieron durante
unas cuantas décadas más. A partir de las llanuras del Danubio, esta vez presionados por
el avance de otros pueblos orientales, como por ejemplo los hunos, entraron en
el Imperio romano y acabaron por establecerse inicialmente en la Galia y
luego ocuparon Hispania.
Los visigodos no desparecieron en el 711. Tras
la invasión musulmana, simplemente perdieron el poder civil, militar y
religioso que detentaron en minoría durante más de dos siglos. Algunos de sus
dirigentes se convirtieron al islam y así conservaron el poder, como sucedió
con los Banu Qasi (hijos de Casio) en el valle medio del Ebro, pero los más de
ellos o bien se refugiaron en zonas montañosas del norte peninsular (Asturias-Cantabria)
o se instalaron en la Septimania.
Septimania fue una provincia visigoda que cayó bastante más
tarde en poder del islam y en la que casi de inmediato, antes de finales del
siglo VIII, dio origen a la Marca Hispánica,
lo que motivó el regreso a Hispania de muchos de los visigodos (denominados hispanos por los carolingios) y a que acabaran difuminándose
con la población hispano romana.
PD Algunos de los personajes principales que aparecen en
la novela Viento de furioso empuje son visigodos.
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