tag:blogger.com,1999:blog-66153271744608050172024-03-05T13:17:23.647+01:00Pedro Espinosa García<center>Blog personal dedicado a la novela "Viento de furioso empuje"</center>Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.comBlogger127125tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-30624707122718263152020-10-05T11:51:00.001+02:002021-02-20T13:12:40.116+01:00Muy agradecido por vuestra confianza<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdz0AQoW2h6XEtjvUCe3QZXFewYAj7gMNLf1wAZvZ0hzmAOeKeM6JcPqP3bl5yssHKlFbiDWR0MFAGEXfg5MrYhKgS4iOjbZ-kt71Nh78Ao1v_buFmhw8Qv4PIO75KFfBn7i6Ka6e9Adc/s570/Viento%252C+con+t%25C3%25ADtulo+580.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="314" data-original-width="570" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdz0AQoW2h6XEtjvUCe3QZXFewYAj7gMNLf1wAZvZ0hzmAOeKeM6JcPqP3bl5yssHKlFbiDWR0MFAGEXfg5MrYhKgS4iOjbZ-kt71Nh78Ao1v_buFmhw8Qv4PIO75KFfBn7i6Ka6e9Adc/s16000/Viento%252C+con+t%25C3%25ADtulo+580.jpg" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"><span face=""Segoe UI", sans-serif" style="background-color: white;"><span style="color: #2b00fe; font-family: inherit;">Amigos, muchas gracias a todos por
aguantar mis notas publicitarias de la 2ª edición de "<b>Viento de furioso
empuje</b>", con agradecimiento especial a los que la han adquirido en Amazon.
Sé que se va vendiendo porque estos señores de Amazon son formales y de vez en cuando me ingresan en cuenta lo que ellos denominan "regalías". Así que
animaros los que estéis dudosos en hincarle el diente a un ejemplar, sea
impreso en tapa blanda, en una buena edición de 563 páginas, sea en formato
Kindle, de fácil lectura incluso en un móvil de poco tamaño. Creedme si os aseguro que no os defraudará. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span face=""Segoe UI", sans-serif" style="background-color: white;"><span style="color: #2b00fe; font-family: inherit;"><br /></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><span face=""Segoe UI", sans-serif" style="background-color: white; color: #2b00fe;">Como anticipo, os informo de que
estos días de confinamiento me he dedicado a documentarme a fondo y a comenzar
a escribir la segunda parte de "</span><b style="color: #2b00fe;">Viento de furioso empuje</b><span face=""Segoe UI", sans-serif" style="background-color: white; color: #2b00fe;">",
cuyo título provisional es "</span><b style="color: #2b00fe;">Más allá de Toledo</b><span face=""Segoe UI", sans-serif" style="background-color: white; color: #2b00fe;">", ciudad
clave en el desarrollo de la aventura árabe en Spanía, como así la denominaron
antes de llamarla al-Ándalus. No obstante, añado que sobre "</span><b style="color: #2b00fe;">Más allá de
Toledo</b><span face=""Segoe UI", sans-serif" style="background-color: white; color: #2b00fe;">" tan solo llevo escritas unas 120 páginas, de modo que os
sugiero que hagáis como yo, con perdón, y os acojáis al “dios de la paciencia”.</span></span></div><div style="text-align: justify;">
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Segoe UI", sans-serif" style="background-color: white;"><span style="color: #2b00fe; font-family: inherit;">En esta segunda parte se aclaran
muchos de los enigmas que quedaron en el aire, incluso se le da un nuevo
impulso a la cuestión de fondo más valorada por quienes han leído la obra: el
canto a la amistad y la lealtad que se desprende del comportamiento en sus personajes principales,
fin último de un relato que quise ubicar en una época, siglo VIII, donde en
Hispania se respiraba mucha rivalidad y en no pocas ocasiones el mayor odio, de
ahí que el afecto entre personas de distinta raza y religión cobre un gran
valor cuando se justifica con los argumentos necesarios. </span></span></p></div><p></p>Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-21074690339896141092020-07-31T10:03:00.000+02:002020-07-31T10:03:01.165+02:00Párrafos destacados (y 46)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitRHyIfemEu2VyLsXrK22y7i53ouSVbSGkB0bIRdtutXpUE1BjOX4mrJkQfyj-o7aCUA6JOy1KLDRDGqsoAswu5zcfj0aInJDtzQmKUwwBRJdyFILq8tF2oqs8N7gX4rcNEOy89epYueM/s1600/Ecija.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitRHyIfemEu2VyLsXrK22y7i53ouSVbSGkB0bIRdtutXpUE1BjOX4mrJkQfyj-o7aCUA6JOy1KLDRDGqsoAswu5zcfj0aInJDtzQmKUwwBRJdyFILq8tF2oqs8N7gX4rcNEOy89epYueM/s1600/Ecija.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;">Finalizo aquí la
serie de “Párrafos destacados” sobre la novela “Viento de furioso empuje” (Amazon,
tapa blanda y Kindle). Son 49 los capítulos que componen la obra y no quiero
cometer el error de desvelar antes de tiempo un final que, al decir de algunos
lectores, resulta sorprendente y deja con ganas de seguir leyendo. Lo que si
quiero reafirmar es mi agradecimiento a cuantos hayan leído esta serie en
cualquiera de los medios donde se ha ido insertando: blog y redes sociales. Un
saludo cordial. <o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic;">Capítulo
XLVI. <i>Écija<o:p></o:p></i></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La
llegada a las proximidades de Écija propició cierta inquietud entre los componentes
de un ejército rifeño que habían ido sumando, durante los días de marcha libres
de acoso hispano, un descomunal volumen de rutina y aburrimiento, estado de
ánimo en el que un guerrero se interesa más en no perder la comodidad del sueño
apacible, así como de los alimentos asegurados, que en la recuperación de
cuantas virtudes y habilidades, sumadas al coraje, conceden nuevas victorias. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Camino
de la tienda del rais, Yunán percibió a través de los numerosos comentarios
oídos al paso, e incluso de alguna pregunta que le fue formulada directamente, que
los guerreros comenzaban a recobrar la tensión y aguardaban las decisiones que
aquella noche se adoptasen, donde se definiría el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tipo de estrategia que iba a practicarse ante
unos vitizanos de lo más escaldados por el resultado de la batalla en Sidonia,
tan contrario a los planes de la facción goda, ya que el ejército de Tariq no
solo resultó poco menos que intacto, cuando habían previsto que se desangrase
junto al de Rodrigo, sino que en las últimas jornadas fue sumando miles de
voluntarios entre los disconformes con el proceder de la monarquía visigoda. Se
trataba, pues, de un sentimiento de agravio como consecuencia del maltrato dado
a los judíos, pero también a un buen número de hispanorromanos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Yunán
se acercó a la tienda de Tariq, cuya dimensión era mucho más reducida que la
usada en Alcázarseguer. El agareno observó que el aposento se hallaba rodeado a
cierta distancia de una nutrida guardia y que no había ninguna otra tienda
cercana desde la que pudiera escucharse cuanto hablasen el jefe islamita y sus
aliados. El dispositivo de seguridad no acostumbraba a ser tan estricto, un
detalle que le confirmó a Yunán que en la reunión se plantearían los pormenores
de la siguiente batalla y que Tariq pretendía, además de proteger a los reunidos,
impedir que algún voluntario hispano de última hora llegase a conocer sus
planes y fueran revelados a los vitizanos de Écija.</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-12500530427095638742020-07-27T10:08:00.000+02:002020-07-27T10:09:40.629+02:00Párrafos destacados (45)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgomfuwdtVk3bV1gPmqXc3V8d9HxmMIKBqQ38VXmrqIv0gt4WcwkYItoXlzK_uPnN2KhV-2ahijjHYCflO3df9HYlA0Kx81stCW0h0HAsZAmDgwlTdwzn7TZShxAXnMN4fK1gwwGDWMxHk/s1600/Tesoro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgomfuwdtVk3bV1gPmqXc3V8d9HxmMIKBqQ38VXmrqIv0gt4WcwkYItoXlzK_uPnN2KhV-2ahijjHYCflO3df9HYlA0Kx81stCW0h0HAsZAmDgwlTdwzn7TZShxAXnMN4fK1gwwGDWMxHk/s1600/Tesoro.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Nueva entrega de párrafos sobre la novela
histórica “Viento de furioso empuje” (a la venta en Amazon). Hoy se refieren al
capítulo XLV, donde los protagonistas especulan a diario con el hallazgo de un
carro lleno de oro y plata que desapareció en Guadalete y sobre el que llevan
varias jornadas tratando de discurrir el modo de hallarlo. ¿Razón para
semejante interés en encontrar el tesoro? Que no se produzca el enfrentamiento
dentro de las diversas facciones del ejército y se malogre la aventura en
Hispania.</span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Capítulo XLV. <i>La
salamanquesa</i><span style="mso-bidi-font-style: italic;"><o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Desde
el caserío de Bornos otras tres jornadas más fueron precisas para que el
ejército de Tariq se acercase a la ciudad de Écija, refugio de un fuerte
contingente vitizano al que cada día se agregaban nuevos combatientes que iban
convirtiéndolo en una milicia muy estimable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Algunas
poblaciones importantes no muy alejadas de la ruta, como Osuna o Morón, semi
desguarnecidas a consecuencia de su aporte de voluntarios a Écija, fueron
ignoradas adrede en el avance del áscar rifeño. En la primera de ellas influyó
el respeto que inspiraba la fortificación situada en un cabezo cercano a la
urbe, cuyo asalto hubiera supuesto largo tiempo de asedio y la posible pérdida
de buen número de hombres. Y la segunda ciudad se soslayó igualmente al no
ofrecer un gran peligro para la retaguardia, dado que gran parte de la
población que había decidido quedarse era de ascendencia hebrea y simpatizaba
con la gente de Yaidé, así como con otros muchos voluntarios del mismo origen étnico
que fueron añadiéndose a una marcha que debía concluir en Toledo, donde se
proponían derogar la ley que permitió el abusivo reinado de Rodrigo con los
judíos hispanos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Durante
los días de viaje, Yunán, Policronio y Hareb hablaron en más de una ocasión del
carromato del tesoro en poder de Bogud. En sus conversaciones llegaban siempre
a la conclusión de que era imposible que ese carro, de grandes dimensiones, se
encontrase integrado entre los de la expedición rifeña. Los tres practicaban
una suerte de rutina diaria a partir de cada atardecer, apenas llegados al
lugar donde la avanzadilla del ejército les reservaba un espacio para que se
instalasen. Primero asignaban el servicio de vigilancia para la noche, siempre
polémico a causa de que Limán quedaba exento no fuera el caso de que </span><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Policronio</span><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic;">
le necesitara en sus merodeos por el campamento. Seguían con una cena caliente
preparada por Hamid, ya que durante el día comían lo primero que pillaban. Cena
que resultaba exenta igualmente para Limán debido al veto de Policronio, que
negó su presencia mediante una frase rotunda: «Come mucho y no aporta nada al
tema que más interesa». Como postre, se dedicaban a deambular en parejas
durante una o dos horas por el nuevo asentamiento del ejército, entrada ya la
noche y haciéndose los distraídos, como si paseasen. Eso sí, relevándose de dos
en dos, no fuese que por buscar un tesoro se corriera el riesgo de acabar
perdiendo el propio.</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-23689250156885313622020-07-23T09:58:00.000+02:002020-07-23T09:58:37.257+02:00Párrafos destacados (44)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip52CiKs-wkYvir01MY26TE6FKyEFYwaiF-DxucpvwKA1Qux8boTdRhS8b22HGFjPoeNAS19HqTOg6tgNEYGSOb6FVQqwYrfkPNN-5feKpILYbv1FLc6cj3yI9sYWUbZhhK1HYemBpexY/s1600/Mahoma.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip52CiKs-wkYvir01MY26TE6FKyEFYwaiF-DxucpvwKA1Qux8boTdRhS8b22HGFjPoeNAS19HqTOg6tgNEYGSOb6FVQqwYrfkPNN-5feKpILYbv1FLc6cj3yI9sYWUbZhhK1HYemBpexY/s1600/Mahoma.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">En la novela histórica “Viento de furioso
empuje” (a la venta en Amazon) se describen numerosas peripecias, algunas de
ellas humorísticas, que aseguraría amenizan lo suficiente al lector y evitan
que éste se encuentre con esas páginas aburridas que, cuando abundan en una
obra, hacen que el libro se te caiga de las manos. Por otra parte, quisiera
aclarar que en esta sección de “Párrafos destacados” suelo incluir el inicio de
cada capítulo, de ahí que el humor se halle ausente, pero no demasiado alejado
a poco que se avance en la lectura.<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Capítulo XLIV. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El retrato de Mahoma<o:p></o:p></i></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Yunán siguió el camino del río
durante otro buen trecho y hubo un momento en que se encontró solo. Los
guerreros no se habían acercado hasta aquella zona, demasiado alejada del
campamento, y las pocas hogueras que aún alumbraban se advertían a unos cientos
de pasos. Valoró la situación: O seguía caminando con dificultades en la
oscuridad, apenas rota por una luna que iniciaba su fase menguante, o se
decidía a volver para confirmar si Hareb había tenido mejor suerte. Entre
dudas, el joven árabe resolvió acercarse al río para refrescarse un poco y
observó que en la orilla había un surco producido por la quilla de una barca.
El descubrimiento le hizo mirar con atención hacia la otra ribera, donde le
pareció distinguir una pequeña luz entre los árboles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Yunán no se lo pensó dos
veces, se despojó de una parte de la ropa, que ocultó como pudo, y se adentró
en el Guadalete. El curso del río era bastante ancho en aquel paraje, poco
profundo y de aguas muy tranquilas. Solo precisó nadar en un tramo de unas
treinta brazas, el resto del cauce lo cruzó a pie. Antes de llegar a la orilla
opuesta, alertado por el murmullo de unas voces, volvió a introducir su cuerpo
en el agua y observó la barca, que se hallaba varada y custodiada por tres
guerreros. Se acercó un poco más y escuchó cómo aquellos hombres departían en
lenguaje beréber con marcado acento gumara.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Yunán decidió desplazarse a la
derecha y salir del río a cierta distancia de aquellos hombres. Tomó barro de
la orilla, de aguas más estancadas en esa zona, y se frotó la parte del cuerpo
que llevaba descubierta, insistiendo en el rostro. Se quitó los calzones, los
escurrió y asimismo los embadurnó de barro. Sólo quedaba adentrarse en el
bosque, localizar a quienes usaran la antorcha y esperar a que no se hubiesen
reunido allí para tratar algún asunto insustancial de los muchos posibles.</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-4014950371148977472020-07-18T11:27:00.001+02:002020-09-07T10:53:14.057+02:00Párrafos destacados (43)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivX-4oZwkfG2J_Zf-sdhXgGipKJ0XaXWqegbr_a3OjbsOV3YwS5BPayLiCPebxepUptKyc0BW6VYinNK_IP3eB2zYOb-QY2rfIAqy3QjzWqLgQlEouHfSyH40Bnc5aX1DAzcuHkxuIqi4/s1600/Bornos.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivX-4oZwkfG2J_Zf-sdhXgGipKJ0XaXWqegbr_a3OjbsOV3YwS5BPayLiCPebxepUptKyc0BW6VYinNK_IP3eB2zYOb-QY2rfIAqy3QjzWqLgQlEouHfSyH40Bnc5aX1DAzcuHkxuIqi4/s1600/Bornos.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
En el capítulo
XLIII de “Viento de furioso empuje” (a la venta en Amazon, tapa blanda y
Kindle) se describe la llegada a la aldea de Bornos, a medio camino entre
Guadalete y Écija, escenario de la siguiente gran batalla. En la obra comienza
a adivinarse que se acerca el desenlace, punto en el que los enemigos de Yunán
y Tariq han sido descubiertos y se les aguarda prevenidos para darles su merecido en la siguiente maldad que practiquen. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="text-align: center; text-indent: 0cm;"> </span></div>
<h1 align="center" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-style: normal; line-height: 150%;">Capítulo
XLIII. </span><span style="line-height: 150%;">Bornos</span><span style="line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></span></h1>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
Igual que si se hubiesen citado exprofeso
para iniciar un devaneo, la noche y los carros del tesoro se reunieron en
Bornos. En realidad, primero llegó la noche, ardiente y remolona como las afectas
al mes de julio, sus sombras le ofrecieron a Yunán la oportunidad de contemplar
una llanura<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">[1]</span></span></span></a>
salpicada de hogueras destinadas a la iluminación del ejército y a preparar
cualquier carne que pudiera asarse.</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cada hoguera de las márgenes
del Guadalete, así se acreditaba al verlas de cerca, permitía la concurrencia
de un buen puñado de guerreros rifeños que comían alejados del fuego o habían
comido ya y ahora bailoteaban, departían o practicaban cánticos cuyos rumores
se trasladaban hacia la cumbre de una colina cercana. Allí, en lo alto, de lo
más aturdidas en una velada de insólito bullicio, surgían dos docenas de casas
que miraban al valle y que se dispersaban a las afueras de un caserón mal
amurallado que tampoco perdía de vista el ajetreo nocturno. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Poco antes de entrar en Bornos,
el agareno y los suyos fueron interceptados por la guardia de Tariq, que les
abrió paso a través de un camino muy concurrido, ceñido a la orilla del río y
que, a juzgar por el nutrido discurrir a barullo, lo usaba medio ejército para
ir en busca de agua o para dar de beber a las caballerías, sin contar que no
pocos guerreros lavaban sus cuerpos o sus ropas en otra zona algo más alejada
corriente abajo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Al final del camino, que
recorrieron no sin esfuerzo y algún conato de disputa con quienes debían
echarse a un lado para dejar paso, la expeditiva guardia del <span style="mso-bidi-font-style: italic;">rais</span> acabó conduciéndoles hasta el
pie de la colina, donde un oficial mantenía reservado el lugar apropiado para
que los carros del tesoro se instalasen distanciados del ir y venir de la
muchedumbre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Llegaron tarde y fatigosos, de mal humor.
En la primera jornada de marcha se habían producido unos cuantos incidentes que
afectaron sobre todo a Policronio. Por si no hubiese bastado tanta peripecia,
los hombres de Zaide acabaron alcanzándoles cerca de Bornos y hubo sus más y
sus menos con ellos. Yunán, que al ver llegar la mezcolanza aconsejó prudencia,
no pudo evitar que entre la masa de retaguardia surgiera alguna que otra voz
disimulada, sin rostro, que injurió cuanto pudo: «¡Ladrones, parte de lo que
ahí lleváis es nuestro! ¡Dadnos un carro! ¡Se nota que tenéis demasiado miedo a
ser pobres, que os aproveche vuestra codicia!».<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A las injurias, mal reprendidas por los
oficiales de Zaide a juicio de Policronio, no faltaron réplicas con frases
vejatorias de similar índole: «¡El valor y la ganancia van unidos!, ¿qué
demonios habéis ganado vosotros? ¡Enseñadnos vuestras heridas! ¡Preguntadles a
los muertos cuál debería de ser vuestra parte!». De modo que Yunán, que acabó
pidiéndole a Zaide que hiciese un alto para evitar males mayores, así que pudo
juntó las carretas en el lugar de acampada, montó la guardia alrededor e
instruyó a sus hombres para que no deambularan por el valle en busca de este o
aquel amigo. «Nada de sumarse a los cánticos y a la bulla —fue la consigna—,
nuestro trabajo consiste en velar por los bienes de la <i>Umma</i>, el trabajo
de los que ahora cantan o se divierten llegará mañana o cualquier otro día en
las batallas que deban librarse».<o:p></o:p></span></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="font-family: "palatino linotype" , serif; font-size: 11pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span style="font-family: "palatino linotype" , serif; font-size: 11pt;">[1]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "palatino linotype" , serif; font-size: 11pt;"> Llanura: La
llanura del relato se corresponde en la actualidad con el embalse de Bornos.
Hay quien sugiere que en dicha llanura se libró la llamada batalla de
Guadalete, si bien no parece demasiado acreditado.</span></div>
</div>
</div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-74100211667821771012020-07-14T10:28:00.000+02:002020-07-14T10:28:41.788+02:00Párrafos destacados (42)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWOU5OH-mz-uCngiw2ec-1s6XFMFjxYuP2NijLO1G-jn6ekjw15dghYIVdZsiYXybdGdYiSuuiMyBtizM2le7QAyctKZ7ZLpRRTCG3oyW_xmx0shfv9HI9gDsN2gUYmje8M5tSgNk1zvU/s1600/Guadalete.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWOU5OH-mz-uCngiw2ec-1s6XFMFjxYuP2NijLO1G-jn6ekjw15dghYIVdZsiYXybdGdYiSuuiMyBtizM2le7QAyctKZ7ZLpRRTCG3oyW_xmx0shfv9HI9gDsN2gUYmje8M5tSgNk1zvU/s1600/Guadalete.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
El capítulo XLII
de la novela “Viento de furioso empuje” (Amazon) relata diversas peripecias que
se suceden a lo largo de una calzada romana, casi en desuso a causa de su
lamentable estado, que los integrantes del ejército de Tariq decidieron usar sin
que se haya llegado a conocer la razón. Los miles de hombres iban maldiciendo a
cada paso que daban, mientras que el calor tórrido de julio mortificaba sus
cuerpos. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></div>
<h1 align="center" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<span style="font-size: large;"><span style="line-height: 150%; text-indent: 0cm;">Capítulo
XLII. </span><span style="line-height: 150%; text-indent: 0cm;">La calzada</span></span></h1>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
Según avanzaban las horas,
tórridas y calmas de brisa, la calzada iba estropeándose sin disimulo alguno.
Yunán y sus hombres, que llevaban algún tiempo circulando a buen ritmo y habían
recuperado casi todo el terreno perdido, se adentraron en otro condado<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: windowtext; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 12.0pt;">[1]</span></span></span></a>
donde era evidente que el vicario comarcal no había puesto nada de su parte
para corregir los muchos defectos de la vía, en la que comenzaron a aparecer
numerosas grietas y desigualdades, cuando no algún hundimiento atribuible a las
lluvias recientes, que impedían se circulase con facilidad. Y en las zonas que
se conservaban más intactas, como si la adversidad tratara de impedirles la
entrada en el territorio, los carros que les precedían habían ocasionado
profundas rodadas en un camino de tierra que en su tiempo fue empedrado y que
ahora, transformado en el más notable ejemplo de la prolongada desidia del
vicario, utilizaban solo quienes no tenían otra opción.</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Las condiciones de una calzada
venida muy a menos, en resumidas cuentas, determinaron que fuese ineludible
avanzar maltratados, de ahí que los viajeros escogiesen a menudo echar pie a
tierra y caminar un buen trecho con la intención de dar una tregua a sus
desencajados huesos; eso sí, adaptando la marcha al paso de buey de toda una
expedición compuesta de más de veinte mil personas. A semejantes incomodidades,
capaces de soliviantar a cualquiera que las hubiese soportado en horas de tanto
bochorno, se sumaban las pestilencias de los numerosos cagajones de la
caballería, del orín secretado por tantos miles de cuadrúpedos y de los restos
de alimentos abandonados por los innumerables guerreros que marchaban delante,
a quienes la comida, podrida a causa del sofocante calor<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: windowtext; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 12.0pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>,
se les estropeaba en las manos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Dos caballos desbocados, asustados por
alguna razón y llevados del instinto de volver al último establo, cruzaron
raudos entre el grupo de Yunán y bien poco faltó para que ocasionaran una
desgracia irreparable. Uno de los animales chocó con un costado de la primera
galera y estuvo a punto de volcarla al coincidir en que se hallaba algo inclinada
al penetrar en una rodada, suerte que Limán interpuso su enorme montura de
batalla y evitó que el choque fuese mayor. Con todo, el carro donde viajaba <span style="letter-spacing: -.15pt;">Policronio</span> permaneció unos instantes con
dos de sus ruedas en el aire.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El susto fue tremendo, <i>Pieles</i>
saltó del pescante, arrolló un buen tramo de boñiga y se lastimó el hombro.
Limán cayó de su montura, quedó sujeto al estribo y fue arrastrado de bruces en
medio de la inmundicia. Y Policronio, que acababa de subir a la trasera del
carro para interrogar desde allí a unos hombrecillos que ya consideraba maduros
después de tan larga caminata, rebotó a la vía tras acoger en pleno rostro el
impacto de una jarra que viajaba suelta y que le dejó un ojo amoratado. Los
enanos, no obstante, fueron quienes recibieron la peor parte del encontronazo,
puesto que salieron despedidos a la cuneta, donde se precipitaron contra una
gran mata de ortigas moheñas y acabaron su trayectoria, al estirarse la cuerda
con la que iban atados, amorrándose a los restos podridos de unas docenas de
aves desplumadas que algún cocinero, carente de olfato y poco previsor respecto
a la sal<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: windowtext; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 12.0pt;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>,
había abandonado deprisa y corriendo antes de que sus comensales lo ejecutasen
tumultuariamente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span style="color: windowtext; font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 12.0pt;">[1]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt;"> Condado
(condado-<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">civitate</i></b>): Se trata del territorio que conocemos como
provincia-condado para distinguirlo de la provincia-ducado. La división
territorial visigoda fue básicamente la misma que la romana, si bien se crearon
condados a partir de la autonomía progresiva de algunas ciudades y su entorno.
A su vez fueron desaparecieron las demarcaciones territoriales romanas
denominadas conventos jurídicos. Un ejemplo de provincia-ducado sería la
Bética, que en la época de Augusto comprendía 175 ciudades y estaba dividida en
cuatro conventos jurídicos con capitales en Sevilla, Écija, Córdoba y Cádiz,
las cuales pasaron a ser sedes, ya en época visigoda, de sus respectivos
condados, a cuyo frente se situaban un conde, un juez o un obispo, siempre
dependientes del duque de la provincia, que se instaló primero en Córdoba y más
tarde en Sevilla. Los condados, a su vez, estaban divididos en territorios
menores llamados <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">vicus</i></b> (equivalentes a comarcas), regidos por un legado que
ostentaba el título no hereditario de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">iudex vicarius</i></b>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span style="font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span style="color: windowtext; font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 12.0pt;">[2]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt;"> Calor: La
escena transcurre a finales de julio, no lejos de Écija, apodada “la sartén de
Andalucía”, zona donde se llegan a alcanzar temperaturas cercanas a 50 grados
centígrados en esa época del año.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoFootnoteText">
<br /></div>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""></a><a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: windowtext; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">[3]</span></span></span></a><span style="font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt;"> Sal: En la época que nos ocupa, la
sal era un componente esencial en la conservación de los alimentos. Muchas de
las epidemias de la edad media se originaron tras una escasez de sal, de ahí
que en las grandes ciudades, como Damasco, existiese un mercado exclusivo para
la venta de sal.</span></div>
</div>
</div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-30579750864619372222020-07-10T10:47:00.000+02:002020-07-10T10:47:33.484+02:00Párrafos destacados (41)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX2SvYaKpTL-YqxEY4qz_HuCW23MPs-WeYRoycz0LV69FF8G3Dhy-h4BUfAb6o1DGmeuY1NSfq6VDrNFsZe6-KUc6p2kf1wRLIC3eg-KMHDXPfj6LckkaO06rGFGdontUf1mKsliKnQfY/s1600/Pasas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX2SvYaKpTL-YqxEY4qz_HuCW23MPs-WeYRoycz0LV69FF8G3Dhy-h4BUfAb6o1DGmeuY1NSfq6VDrNFsZe6-KUc6p2kf1wRLIC3eg-KMHDXPfj6LckkaO06rGFGdontUf1mKsliKnQfY/s1600/Pasas.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">En el capítulo de hoy de “Viento de furioso empuje” (Amazon), se
describen algunas de las peripecias de Policronio, un personaje dicharachero y revoltoso
que complementa a la perfección, a causa del acusado contraste, al resto de los
personajes más significados. Algunos de mis amigos que han leído la novela
dicen que la irrupción de Policronio en la obra se corresponde con los pasajes
más divertidos. Uno de esos amigos, Rafael Guerra, afirma en su crítica: </span><i><span style="color: blue; font-family: "cuprum" , serif; font-size: 13.0pt; line-height: 150%;"><b>“Viento
de furioso empuje” destila también un estimable sentido del humor que en
ocasiones puede provocar en el lector franca carcajada.</b></span></i><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Capítulo XLI. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Uvas pasas y apolilladas<o:p></o:p></i></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los carros del tesoro
continuaron la marcha durante más de una hora. Policronio escuchaba a veces,
sobre todo en los últimos instantes, ciertos rumores o frases de reproche que
se dirigían los hombrecillos entre sí y que creía motivadas por el cansancio de
una gran caminata a buen ritmo. Cuando a sus oídos llegó clara la expresión de
uno de los enanos: «¡Qué culpa tengo yo de todo esto!», el bizantino despertó
de la consternación provocada por el compromiso de abandonar la bebida y, sobre
todo, del roce habido con su patrón. Así que se animó un poco, se estiró para
desperezarse del duro asiento de la galera y justo en ese instante, al sentir
una punzada en el cuello, reparó en que lo llevaba vendado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El descubrimiento hizo que
Policronio saltase del carro, montara en su caballo, que aún permanecía atado
junto al pescante, y se dirigiera hacia la cabeza de la columna, donde
cabalgaba Yunán, al que le preguntó intrigado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>—¡Yunán, estoy herido en el cuello! ¿Tú
sabes qué me ha pasado? ¿Por eso dijiste que no me enteraba de las cosas que realmente
ocurrían? ¿Tiene alguna relación con los enanos? ¡Antes no me has dicho por qué
van atados! ¿Qué pasa aquí?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Yunán había advertido a lo lejos el
decaimiento de Policronio durante la última hora y, aun así, prefirió no
alentarle. Debería ser él mismo, con esfuerzo de carácter, quien superara las
consecuencias de su promesa. Ahora, ante el manojo de preguntas que su amigo le
formulaba, disparadas todas al unísono según costumbre, llegó a la conclusión
de que comenzaba a recuperar su talante habitual de querer saberlo todo en el
acto y al dedillo. Casi había vuelto a la normalidad, al menos por el momento.</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-44521036574920578002020-07-05T11:49:00.000+02:002020-07-05T11:49:09.063+02:00Párrafos destacados (40)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEih69-8bKm6BOYEzKJkXHHMpNPozXPAKQl17ZX6SbrUENWJIfdIMcTtuVajwkIxnbWn1ANAJmw983lXEwGCZqcy1uWNPNq15kX9GtMbIWbIE-hRGyYJpstBji9F-IlP_DV-edrhkJVvhX8/s1600/Calzada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEih69-8bKm6BOYEzKJkXHHMpNPozXPAKQl17ZX6SbrUENWJIfdIMcTtuVajwkIxnbWn1ANAJmw983lXEwGCZqcy1uWNPNq15kX9GtMbIWbIE-hRGyYJpstBji9F-IlP_DV-edrhkJVvhX8/s1600/Calzada.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Al llegar al
capítulo XL de “Viento de furioso empuje” (a la venta en Amazon, tapa blanda de
563 páginas en una gran edición por 16,34€ y Kindle por 3,55€, aplicación de
muy fácil lectura en lectores de libros o en cualquier tipo de móvil), podremos
averiguar el recorrido que utilizó el ejército de Tariq para llegar a la ciudad
de Écija, donde se había refugiado el ejército de los vitizanos. Al mismo
tiempo, tendremos ocasión de disfrutar de las mil y una peripecias que precisó
afrontar Policronio para no salir maltrecho ante tres hombrecillos ataviados
con hábitos de fraile.<i><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><b><span style="line-height: 150%; text-indent: 0cm;">Capítulo
XL. </span><span style="line-height: 150%; text-indent: 0cm;"><i>Los
frailecillos</i></span></b></span></div>
<div style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif; font-size: large;"><span style="line-height: 150%; text-indent: 0cm;"><i><br /></i></span></span></div>
<div>
<span style="line-height: 150%; text-indent: 0cm;"><div class="1" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: inherit;"> Tariq anunció a su ejército
el inicio de la marcha hacia el interior del reino hispano. Ante la decisión de
prolongar la aventura se establecieron dos facciones claramente desiguales. De
un lado se situaron los partidarios de volver a África, satisfechos con los
bienes alcanzados; del otro, mayoritario y ávido —que la codicia jamás sacia su
voraz apetito—, se apostaron quienes apetecían un bienestar que presentían
ilimitado y que acaso concluiría en opulencia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="1" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La de Hispania era una tierra como jamás
habían soñado. Aun cuando se hablaba de que la llegada coincidía con tiempos de
penuria, lo cierto es que se descubría riqueza por doquier. Fuese por las
lluvias tardías de primavera, fuese por los incontables arroyos y ríos, los
campos permanecían verdes y pródigos, ofreciendo sus frutos de verano a quienes
desearan alcanzarlos. Incluso el abundante ganado que los rifeños observaban a
su paso, con frecuencia disperso entre los encinares o el mar de olivos,
retozaba mansamente o sesteaba tras cada bocado de herbaje.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: inherit;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Guiados por hombres de confianza,
conocedores del territorio y extraídos muchos de ellos de las comunidades
judías, el ejército de Tariq, que para entonces sumaba varios miles de
voluntarios resueltos a eludir la férrea servidumbre al amo godo o al magnate
hispanorromano, comenzó a seguir una vieja calzada<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: windowtext;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
que debía llevarles al encuentro con las fuerzas del arzobispo Oppas. Éstas,
desalentadas ante las noticias poco favorables, se habían refugiado en la
ciudad de Écija, importante villa amurallada a orillas del río Genil. A no mucha
distancia de Écija se hallaba Córdoba, población principal de la zona que
algunas semanas atrás avitualló al ejército de Rodrigo y que hoy malvivía con
lo justo. Así, Écija se había convertido en la llave de Toledo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div>
<!--[if !supportFootnotes]--><span style="font-family: inherit;"><br clear="all" />
</span><hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span style="color: windowtext;">[1]</span><!--[endif]--></span></a> Calzada: En su
desplazamiento hacia Toledo, Tariq tuvo la opción de usar un gran tramo de la
Vía Augusta (principal calzada de la época), tomándola a la altura de Lebrija<i>
</i>(<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i>Nabrissa</i></b>) e incluso
antes, para luego seguir con cierta comodidad hasta Linares (<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i>Ad Aras</i></b>), donde la calzada se
alejaba de la ruta del musulmán y se dirigía hacia Cartagena (<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i>Carthago Nova</i></b><i> o <b>Karthagine</b></i><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> <i><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Spartaria</span></i></b>).
Por razones que se desconocen, Tariq prefirió escoger calzadas secundarias que
le llevaron hasta Toledo.<o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-59887701776246909912020-07-02T11:45:00.004+02:002020-07-02T12:13:16.631+02:00Párrafos destacados (39)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjst2b85eA4d3m7YBItpBgBkRG2KaKR8Y97BdMnt-SGs7mXMjHiOUKtbZalLMOBTinfD_OBGcEKUaK2ygpTvnmWkcuYkhfhbGj-lGfjHZUCryun9wFqZuDWh8jHurejoQ7dDI7eUFGe-cw/s1600/Llanura+embarrada.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="265" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjst2b85eA4d3m7YBItpBgBkRG2KaKR8Y97BdMnt-SGs7mXMjHiOUKtbZalLMOBTinfD_OBGcEKUaK2ygpTvnmWkcuYkhfhbGj-lGfjHZUCryun9wFqZuDWh8jHurejoQ7dDI7eUFGe-cw/s1600/Llanura+embarrada.JPG" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
El capítulo de
hoy de “Viento de furioso empuje” (Amazon, tapa blanda y Kindle) se inicia con
la descripción del escenario tras la batalla de Guadalete. Un escenario, castigado
a conciencia por tres días de lluvia, que había quedado embarrado y lleno de
desolación entre los supervivientes como consecuencia de la tristeza causada
por la pérdida de tantas vidas. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<b><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: normal;">Capítulo XXXIX. </span><i><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Tras la batalla</span></i><span style="letter-spacing: -0.15pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<b><i><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La
lluvia comenzó a caer al día siguiente de haber cesado la batalla, tres días
atrás. Al principio apareció copiosa y coincidió con el amanecer, igual que los
lagrimones de un niño que estalla a llorar apenas se despierta. Iba acompañada
de truenos y relámpagos abundantes, a modo de esos gemidos intensos y
desgarradores que suelen distinguir a la tormenta y al sollozo infantil
enfebrecido. Luego la lluvia siguió profusa, continua, quiso verter su caudal
de lágrimas y de aflicción ante la irreparable pérdida de tantas vidas humanas.
Más tarde, pausadamente, el sentimiento de dolor fue calmando y la lluvia se
hizo llovizna. Al fin, tan apaciguada como exhausta, la tristeza quedó apenas
en un chispear resignado. Fueron tres días y tres noches de profundo
desconsuelo, de lágrimas de ángel vertidas sobre la sangre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sembrado
de desolación, con numerosas huellas de acciones guerreras, el campo de Sidonia
habíase convertido en un lodazal intransitable donde el agua acumulada impedía
cerrar las fosas comunes en las que Tariq, así fue consciente de su victoria,
había ordenado depositar los restos de quienes sucumbieron en la lucha. El rais
no deseaba que la llegada del sol y el calor sofocante corrompieran los cuerpos
de unos valientes cuya triste suerte no merecía nutrir a toda fuente de
epidemias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aún se
vivía con sobresalto. Aún se trataba de identificar, en ese cuarto día gris y
neblinoso, a cualquier combatiente que deambulase semiembarrado por la
llanura, quien venía a ser algún malherido vuelto en sí tras largas horas de desmayo
y fiebre o algún enterrador rezagado y más que harto de reparar una y otra vez
las tumbas. El oficio de sepulturero no tenía fin. Tariq no había previsto que
sus prisioneros y aun sus propios hombres, agotados en el combate, excavarían
unas sepulturas tan rudimentarias, tan para salir del paso, que la escorrentía
removería la tierra, exhumaría cadáveres humanos o animales desmañadamente
soterrados y acabaría por llevarlos hasta el río, donde algunos cuerpos
flotaron en dirección al mar.</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-60817209936999831382020-06-30T07:07:00.001+02:002020-06-30T07:09:18.091+02:00Párrafos destacados (38)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQP7UMynq9CXWH-IUOOk_-LuuTdm4SROL-82sVtt9B7fotW4NaluX2WHYnjSnknzs9wotYjpj6s-jm-XAHacJDCVJJ5mYdG_8LXfp5AWnATof5NQLyCeoX3JWs5av1tbU0LabwJWuhFzQ/s1600/Viento%252C+con+t%25C3%25ADtulo+580.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="314" data-original-width="570" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQP7UMynq9CXWH-IUOOk_-LuuTdm4SROL-82sVtt9B7fotW4NaluX2WHYnjSnknzs9wotYjpj6s-jm-XAHacJDCVJJ5mYdG_8LXfp5AWnATof5NQLyCeoX3JWs5av1tbU0LabwJWuhFzQ/s1600/Viento%252C+con+t%25C3%25ADtulo+580.jpg" /></a></div>
<div>
<br /></div>
<div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">En el capítulo 38 de “Viento de furioso empuje” (A
la venta en Amazon, tapa blanda y Kindle) comienza el desenlace de una obra
histórica, documentada a fondo, cuyo meollo es la llamada batalla de Guadalete,
librada en julio del 711. A la novela, además de la necesaria veracidad historiográfica
para hacerla creíble, se le suman las características propias de un relato ideado
para que fuese lo más ameno posible: fantasía, hechos milagrosos, episodios
dramáticos, careos religiosos entre el islam y el cristianismo, amores
imposibles, canto a la amistad y un largo etcétera de aspectos que, desde el
capítulo uno, se han escrito buscando el relato total. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><b><o:p></o:p></b></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<b><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Capítulo XXXVIII. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Guadalete</i><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<b><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></i></b><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Llanos de Sidonia, octavo
amanecer desde que los ejércitos se avistaron.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Durante
los días que antecedieron a la gran batalla, casi siempre a la caída de la
tarde, las huestes de Tariq lograron hostigar en diversas ocasiones a los
hombres del rey. Los rifeños arremetieron lo necesario para hacer creíbles unos
ataques, con frecuencia atolondrados, que solían abandonar de improviso y a
favor de la cercana noche. Se trataba de evitar el choque decisivo. En esas
aparatosas retiradas, adornadas ex profeso de cobardía, el ejército berberisco
jamás llegó a mostrar sus arcos y usaron siempre sus peores cabalgaduras, sus
armas más sencillas y sus vestimentas más harapientas. Al decir de Tariq, los
visigodos debían ser convencidos de que sus atacantes no eran más que una banda
de zarrapastrosos. Considerables en número, si se quiere; tan cargantes y
alborotadores como se pretendiera ver, a la par que inoportunos y codiciosos,
pero harapientos y pelafustanes al fin y al cabo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Contaba
en el modo de proceder del <span style="mso-bidi-font-style: italic;">rais<i> </i></span>respecto
a sus rivales, además del deseo de atizarles el engreimiento —que la vanidad
ensombrece innúmeras virtudes—, la necesidad de entretenerles para que
transcurrieran casi indemnes las jornadas necesarias. Así, pues, Tariq decidió
recurrir a pequeñas algaras que fueron repelidas sin gran esfuerzo por los
hombres del rey, lo que entre los godos constituyó una forma de diversión
diaria que no dudaron en celebrar a lo grande mientras caían en la convicción
del desgaste y el miedo que ocasionaban a los invasores. Cada uno de los
pequeños triunfos ante los andrajosos rifeños, muy magnificados en el bando
real, daba pie para sazonar la velada con frases de encarecimiento acerca de la
propia valía. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Había que esperar a que los refuerzos llegasen
de África, pero no como una concesión a Manfredo, sino con la intención de
reservar esas tropas para ser usadas en caso de apuro contra Rodrigo o bien en
misiones secundarias de las que dependía un proyecto islamita que iba mucho
más allá de Sidonia.</span></div>
</div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-73386407308135982272020-06-27T11:27:00.000+02:002020-06-27T11:27:08.644+02:00Párrafos destacados (37)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4v1907FAcFObkEyKy-DjFnjfVpSqTJqnnGomvKLm2JtFFYIcyJXItvX4KN4IgdSgGuVWrsE7AgU9K-qoOAMqSVISAutSDVCzNsiD5u6o28Jr2sLaGWhUCAhIWBDhMIRwP3YdxC7WVN2o/s1600/paterna-rivera.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4v1907FAcFObkEyKy-DjFnjfVpSqTJqnnGomvKLm2JtFFYIcyJXItvX4KN4IgdSgGuVWrsE7AgU9K-qoOAMqSVISAutSDVCzNsiD5u6o28Jr2sLaGWhUCAhIWBDhMIRwP3YdxC7WVN2o/s1600/paterna-rivera.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Los párrafos más
dramáticos de “Viento de furioso empuje” (Amazon, tapa blanda y Kindle) se
corresponden con la descripción de las sucesivas batallas que deben librar el rifeño
Tariq o el visigodo Witerico hasta llegar a Toledo, la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Tulaytulah</span></i></b><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">
que el librero ciego de Damasco le indicó a Yunán como destino final de su
apasionante misión. </span><o:p></o:p></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><b>Capítulo XXXVII. Se aproxima la batalla<span style="mso-bidi-font-style: italic;"><o:p></o:p></span></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El
comienzo del estío se dejaba sentir con fuerza en el campamento de Tariq, julio
concurría a pasos agigantados hacia los territorios del sur de Hispania y
las fogatas nocturnas de Entre Ríos, enemistadas con la brisa refrescante,
solían apagarse con rapidez apenas usadas para elaborar el sustento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El rais musulmán
acostumbraba a reunirse hacia el atardecer con algunos de sus aliados. A veces
acudía Regina y aun el propio Manfredo, ahora más dispuesto a secundar, al
menos en apariencia, las directrices del general beréber. Charlaban acerca de
lo que se sabía de Rodrigo, el precavido rey que al cabo de varios meses no había
querido acercarse a la zona del estrecho y que, según los agentes de Tariq
desplazados para vigilarle, permanecía en Córdoba a la espera de las tropas
procedentes de las provincias nororientales. Tales circunstancias alegraban
las veladas entre <span style="mso-bidi-font-style: italic;">Tariq</span> y sus
invitados, ya que suponía que al frente de las fuerzas de la Septimania y la
Tarraconense avanzaban jefes adictos a la facción vitizana, quienes a plena
luz debían figurar unidos al rey y hacerle creer que disponía de gente más que
sobrada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Raro era
el día, entretanto, que a la comarca de Entre Ríos no llegaba algún pequeño
grupo de voluntarios con la intención de sumarse a lo que suponían un ejército
destinado a derrocar a Rodrigo. Muchos de ellos procedían de Sevilla, rica y
culta ciudad de la Bética en la que el obispo Oppas había sido prelado y en la
que abundaban los núcleos romanizantes rivales del rey, un personaje más
propenso a repartir el poder entre las facciones góticas situadas en la zona
central del reino visigodo. Los voluntarios hispalenses que se incorporaban,
sumados tras la noticia de la derrota de Bencio, solían llegar acompañados de
numerosas caballerías con las que incluso aprovechaban para mercadear. Se
trataba de monturas espléndidas, tan gráciles como veloces, que Tariq aceptaba
con agrado y que recompensaba con no poca largueza.</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-74898179368042065252020-06-25T10:01:00.000+02:002020-06-25T10:01:44.114+02:00Párrafos destacados (36)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi90BrKSBzgUa5ibXWO8CBZWlKBFRPWa-QI7tu6PqQkxlC73s_X3OELs7Zqz9ITU9v_5HPhEBgXRlBIbeAB6srFibbCFMFxRHJ_RotIdt6NluO5X5AKLB_KVp7ZwsYTd4VJzV3N5OGAC4M/s1600/Recaredo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi90BrKSBzgUa5ibXWO8CBZWlKBFRPWa-QI7tu6PqQkxlC73s_X3OELs7Zqz9ITU9v_5HPhEBgXRlBIbeAB6srFibbCFMFxRHJ_RotIdt6NluO5X5AKLB_KVp7ZwsYTd4VJzV3N5OGAC4M/s1600/Recaredo.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Una nueva
entrega de párrafos destacados sobre la novela “Viento de furioso empuje”
(Amazon, tapa blanda y Kindle), que hoy se corresponden al inicio del capítulo XXXVI,
titulado <i>Manfredo</i>, un noble visigodo que pertenecía a la facción
vitizana, la cual le había nombrado corregente del reino en unión del obispo Oppas,
hermano del fallecido rey Witiza. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<b><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: normal;">Capítulo XXXVI. </span><i><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Manfredo</span></i><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-style: italic;"><o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Algo
semejante a un rosario de escollos había entorpecido desde hacía años la
empresa que Tariq se propuso, atribuida a un encargo divino. En el presente,
instalado al fin en <span style="mso-bidi-font-style: italic;">la Tierra Grande</span>
y al mando de un ejército bien instruido, el rais magrebí advertía nuevos
obstáculos para la realización de su anhelado propósito. Los impedimentos
surgían esta vez de un personaje recién llegado a la bahía de la<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Isla Verde<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: windowtext; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; letter-spacing: -0.15pt;">[</span><span style="color: windowtext; font-family: "Times New Roman", serif; letter-spacing: -0.15pt;"><span style="font-size: x-small;">1</span></span><span style="color: windowtext; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; letter-spacing: -0.15pt;">]</span></span><!--[endif]--></span></span></a></i>,
su nombre... Manfredo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Fue el
noble Witerico, brillante militar y segundo hijo del fallecido conde Fredebaldo<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: windowtext; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; letter-spacing: -.15pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 12.0pt;">[</span><span style="color: windowtext; font-family: "Times New Roman", serif; letter-spacing: -0.15pt;"><span style="font-size: x-small;"><i>2</i></span></span><span style="color: windowtext; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; letter-spacing: -.15pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 12.0pt;">]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>, quien a
instancias de Tariq se encomendó la tarea de persuadir a Manfredo para que se
mantuviera al margen. El mando de las tropas debía ser único y era preciso,
sobre todo, que recayese en un hombre idóneo. Los miles de guerreros acampados
en Algeciras, salvo Manfredo y la gente recién llegada con él, señalaban a
Tariq como ese hombre. Y por razones bien difusas que Yunán no alcanzaba a
comprender, Witerico era el primero en aceptar la autoridad de Tariq ben Ziyad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Decidido
a permanecer alejado de las intrigas y codazos godos, Yunán creía que su papel
en el escenario de Hispania, al menos hasta que tuviese alguna oportunidad para
buscar el libro, se correspondía con el de un simple circunstante o espectador
privilegiado que anotaría cuantos sucesos relevantes le fueran dados contemplar.
Así, con esa idea de percibirlo todo y de anotarlo inicialmente en su mente o
en ciertos apuntes más o menos dispersos, lo que de paso formaría parte de un
aprendizaje adquirido cerca de los que ostentaban poder, el jerife aceptó la
invitación de su amigo Witerico para acompañarle a una reunión con el duque.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%;">
<br /></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Palatino Linotype", serif;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "Palatino Linotype", serif;"><span style="font-size: x-small;">[1]</span></span></span><!--[endif]--></span></span><span style="font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 14.0pt;"> </span><span style="font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt;">Algeciras. En
árabe, </span><b><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="background: white; font-family: "Palatino Linotype", serif; font-size: 11pt;">Al-Ŷazira al-Jadra</span></i></b><span style="background: white; font-family: "Palatino Linotype", serif; font-size: 11pt;">, "la isla
verde". Ciudad fundada por Tariq y edificada a partir de las ruinas romanas
de Carteia, que a su vez se asentaba sobre otro núcleo más antiguo de origen
púnico.</span><span style="font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; font-family: "Palatino Linotype", serif; font-size: 11pt;"><span style="color: blue;"><br /></span></span></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue;"><span style="font-family: "Palatino Linotype", serif;"><!--[if !supportFootnotes]--><span style="font-family: "Palatino Linotype", serif;"><span style="font-size: x-small;">[2]</span></span><!--[endif]--></span><span style="font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt;"> Fredebaldo: Se
cree que el conde Fredebaldo, importante personaje de la nobleza toledana
sujeto a Witiza, fue desterrado de Toledo por el rey Rodrigo. El conde, al que le
siguieron al exilio buena parte de sus fieles, se puso al servicio de Aquila en
la Tarraconense y luchó junto al duque Requesindo en el enfrentamiento contra
el rey. Fredebaldo salió malherido de la batalla y buscó refugio cerca de Barcelona,
donde falleció al poco tiempo.</span></span></div>
</div>
</div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-8091089874567169682020-06-22T10:09:00.000+02:002020-06-22T10:09:12.296+02:00Párrafos destacados (35)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDdisviSJbLc8RNhCZwgJWmjmIyuE3LGUwr5pOtoOaR328HQGFTu0DvAfmMHsVQnVfeYH_GN5gJLU1mquUmyaUDQsxIGzT6WaQFcM-S0vI4Yu2lcJ3LuBFHg6ciukNQyx34sLe4V7oLWM/s1600/Guerra+santa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDdisviSJbLc8RNhCZwgJWmjmIyuE3LGUwr5pOtoOaR328HQGFTu0DvAfmMHsVQnVfeYH_GN5gJLU1mquUmyaUDQsxIGzT6WaQFcM-S0vI4Yu2lcJ3LuBFHg6ciukNQyx34sLe4V7oLWM/s1600/Guerra+santa.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Una nueva
selección de párrafos de la novela histórica “Viento de furioso empuje” (a la
venta en Amazon, tapa blanda y Kindle). Recurro en este caso al inicio del
capítulo XXXV, donde Yunán, el protagonista más destacado de la obra, medita
sobre la violencia que algunos musulmanes pretenden justificar a través de la llamada
guerra santa. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;">
<b><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: normal;">Capítulo XXXV. </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">¡Oficial,
nada menos!</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="letter-spacing: -0.15pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></b><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El desenlace favorable en el
combate transfirió un reguero de euforia a la mente de Yunán. A ese impulso
optimista también se había unido la jocosidad que el susceptible Policronio despertó
entre sus amigos. Se sintieron satisfechos durante largo rato; pero ahora, ya
en frío, transcurrido cierto tiempo desde el final de la batalla, no resultaba
extraño que la conciencia del agareno le reprochase haber tomado parte en unos
sucesos tan violentos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Mientras
Policronio se reponía del desvanecimiento y Witerico se interesaba en sus bucelarios
heridos, pendiente de acercarse igualmente a las casas donde la gente del
pueblo iba acomodando a los numerosos lesionados de Wiliesindo, Yunán tan solo
deseó buscar un rincón apartado de la sinagoga para echarse a descansar y sobre
todo a meditar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>«Debería
sentirme mal y no es así. Reconozco que me afecta mucho haber atentado contra
mis semejantes, aunque no percibo ese abatimiento que aseguran les invade a los
que han dado muerte por su propia mano. ¿Qué justificará mi falta de compasión?
¿Habrá influido el deseo de evitar que mis amigos perezcan? ¿Ayudará a matar el
arrebato de la lucha? Lo cierto es que Policronio casi se desangra y ni
siquiera se había percatado de la herida. ¿Será el hecho de proceder alejado de
los rivales, sin advertir el estertor del que agoniza? Las flechas representan
fielmente su misión mortífera, casi tanto como el sable que degüella al
enemigo, pero al lanzarlas tan solo se oye el silbido inicial y no llega a
escucharse el impacto en el cuerpo que la acoge. ¿Contribuirá mi insensatez a
que sienta indiferencia ante la muerte de un hombre? Siempre he querido huir de
este odioso defecto, pero temo que me acompañará con demasiada frecuencia.
¿Seré presa, quizás, del espíritu que anima al combatiente de la guerra santa?
¡Qué desvarío, los pensamientos me traicionan a veces! ¿Cómo he podido
justificar la destrucción de la vida mediante una supuesta guerra santa? ¿Santa?
Aseguraría que cualquier guerrero dispuesto a secundar una causa que considere
justa está persuadido de tener de su parte el amparo del Cielo. No, no es
posible creer en esa guerra ni en cualquier otra, y menos aún catalogarla de
santa. ¡Qué desvarío! Algunos intérpretes del islam dogmatizan sobre tales
creencias, pero yo no concibo hacer cuestión de fe la pérdida irreparable de
vidas. Temo que mis muchas dudas no se aclaren hoy, incluso es posible que me
acompañen siempre, como mis numerosos defectos. Sí, he aquí la respuesta del
momento: Seguiré el curso de mi existencia y me esforzaré siempre en obrar del
modo que considere más honesto. A sabiendas de que, incluso sin proponérmelo,
en más de una ocasión lastimaré a otras personas. Estoy comenzando a descubrir
que es imposible vivir y relacionarse sin producir algún daño. Y el sufrimiento
ajeno, si sé advertirlo a tiempo, deberá guiar mi deseo sincero de remediarlo a
al menos de no avivarlo».</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-41666752846926551702020-06-19T10:03:00.000+02:002020-06-19T10:03:18.753+02:00Párrafos destacados (34)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHX6xNXbqXMDQqChqH8PNvRX9lHqSUSsjisZsjlTEJFCHVUQjjs89xJSFsqoPtkL91bLbdPchwXS4_fgKG3X1-HmhMleUGE-dwBITo0YWMqidy2CPFuC6ZPt0jy10o81ZbJVZzEbNG85o/s1600/Alcal%25C3%25A1+de+los+Gazules.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHX6xNXbqXMDQqChqH8PNvRX9lHqSUSsjisZsjlTEJFCHVUQjjs89xJSFsqoPtkL91bLbdPchwXS4_fgKG3X1-HmhMleUGE-dwBITo0YWMqidy2CPFuC6ZPt0jy10o81ZbJVZzEbNG85o/s1600/Alcal%25C3%25A1+de+los+Gazules.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">En la novela histórica “Viento
de furioso empuje” (a la venta en Amazon, tapa blanda y Kindle) se ha alcanzado
el capítulo XXXIV, alusivo a un combate entre los bucelarios del toledano
Witerico, donde se integran Yunán y Policronio, y las tropas del visigodo Wiliesindo,
un noble comarcal cuyas tierras, con capital en Alcalá de los Gazules, abarcan hasta
la población de Terromontero de Valeria o de los judíos, lugar de la sangrienta
refriega. <o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Capítulo
XXXIV. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Refriega en Terromontero<o:p></o:p></i></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No bien
comenzaron a alumbrar las primeras luces del día, madrugadoras y cálidas, pudo
advertirse en Terromontero de Valeria que aquella mañana de mayo transcurriría
ausente de inclemencias en la temperie. Los oficiales del escuadrón,
respondiendo a ese amanecer, apremiaron a sus hombres para que se aprestasen.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los
sentidos se inundaron de voces adormecidas y desperezos de los soldados, del ir
y venir a la fuente para asearse o a la ladera cercana a realizar necesidades.
También del crepitar de leña ardiendo y el humo de las fogatas mezclado con
exhalaciones de las caballerías; de toses y carraspeos secuelas de alguna
ebriedad mal dormida; del deambular entre las monturas suministrándoles forraje
o llevándolas al cercano abrevadero. Más tarde, del aroma a pan caliente y
leche hirviendo, del olisqueo vivificador de embutidos y huevos friéndose…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los movimientos, efluvios, sonidos y voces
señalaron a Yunán que la vida renacía un día más en Hispania, el país donde el
sol se despide de los hombres y de las naciones</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-77418283419325742372020-06-16T10:11:00.000+02:002020-06-16T10:11:34.656+02:00Párrafos destacados (33)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiraKPFGvCxT5d8AGMWPBnBz6y12iQFMJaWY8wvvgU29emZBYJ7xhNMPPxFIwXjq7ew9zHFkIsOqKNogbZw0qDsmoknyrMbg1HxC-NzE0lO97P94ApoctqCfnNo8rkixcPe0ZJXxrcyBNM/s1600/Carteia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiraKPFGvCxT5d8AGMWPBnBz6y12iQFMJaWY8wvvgU29emZBYJ7xhNMPPxFIwXjq7ew9zHFkIsOqKNogbZw0qDsmoknyrMbg1HxC-NzE0lO97P94ApoctqCfnNo8rkixcPe0ZJXxrcyBNM/s1600/Carteia.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Los párrafos de
hoy sobre “Viento de furiosos empuje” (A la venta en Amazon) corresponden a la
llegada a tierra firme de Yunán y Policronio. Desembarcan en un paraje de la
bahía de Algeciras, cercano a la antigua localidad romana de Carteia, población
venida muy a menos a causa de la piratería y que sirvió como primer refugio a
las fuerzas de Tariq. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;">
<b><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Capítulo XXXIII. </span><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: normal;">Terromontero de los judíos<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></b><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Un nuevo día del islam en
Hispania.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Viento
impetuoso en el estrecho que llegaba más sereno al interior de la bahía de
Algeciras y dispersaba su aliento, casi extenuado, en los valles de tierra
adentro. Cielo surtido de nubes cabalgando a horcajadas del resuello marino,
siempre de brisa tenaz y a veces frescachón en no pocos de sus arrebatos.
Espíritus alterados ante la llegada a una tierra tan cercana como extraña y
ante el riesgo manifiesto de acciones guerreras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Las
naves fondearon en el paraje llamado Entre Ríos, adyacente al poblado de <span style="mso-bidi-font-style: italic;">Carteia</span>. Yunán y Policronio pisaron
tierra firme mediada la mañana. Junto a ellos, desembarcaron más de mil
hombres, musulmanes en su mayoría. Abdalmalik, uno de los contados árabes del
contingente islamita y jefe del ejército en ausencia del rais, fue quien
confirmó a los recién llegados que Tariq había partido unas horas antes al
encuentro de Bencio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por otra
parte, Yunán sabía que su amigo Witerico, a quien deseaba ver para conocer su
impresión de cómo marchaba todo, fue de los que embarcó en la primera
expedición. El visigodo encabezaba un escuadrón de guerreros selectos destinados
a acuartelarse cerca del fondeadero y a efectuar salidas diarias para limpiar
de posibles adversarios los alrededores de la bahía. A diferencia de la inmensa
mayoría de los componentes del ejército de Tariq o de sus aliados rifeños,
voluntarios casi todos ellos, la característica principal de los bucelarios
vendría definida por su dedicación íntegra al servicio de las armas y su gran
preparación castrense, no en balde llevaban varios años viviendo exclusivamente
de sus soldadas y sin más labor que la de adiestrarse a fondo para el combate o
seguir las instrucciones de su señor: en este caso el toledano Witerico,
segundo hijo del fallecido conde Fredebaldo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El
desembarco avanzaba día a día y el grueso del ejército mantenía su base en el
área de Gibraltar, pendientes de la vuelta de Tariq. Así transcurrieron otras
tres jornadas sin que hubiesen llegado noticias sobre la suerte del
enfrentamiento con el conde Bencio<i style="mso-bidi-font-style: normal;">. </i><span style="mso-bidi-font-style: italic;">Witerico y sus hombres, que cada vez
abarcaron un territorio más amplio, no lograron divisar huellas de ningún
contingente enemigo ni localizar mensajeros del rais. </span>La incertidumbre
fue extendiéndose entre los acampados y comenzó a circular todo tipo de rumores,
así como diversas soluciones para lo que se consideraba un problema muy serio,
entre las que prevalecía la necesidad de salir en ayuda de Tariq. Pero el <span style="mso-bidi-font-style: italic;">rais</span>, a través del <i>aqídum</i><a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><b><span style="color: windowtext; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; letter-spacing: -0.15pt;">[1]</span></b></span><!--[endif]--></span></a>
Abdalmalik, había establecido órdenes inflexibles: «Nadie debe secundarme en el
enfrentamiento contra Bencio, es una baza que deseo jugar al límite para
demostraros de lo que somos capaces. Si tardo más de una semana en regresar o
en enviaros informes, eso significará que he sido derrotado. En tal caso, no lo
dudéis ni un momento y volveros a África».</span><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""></a><span style="font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt;">81
<i>Aqídum</i>: Entre los árabes, rango militar equivalente a coronel.</span></div>
</div>
</div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-72974552154280913472020-06-14T12:17:00.000+02:002020-06-14T12:17:36.122+02:00Párrafos destacados (32)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgX8HsrXmemOMx_flFseH2Pd8gFg-RPbe5uGu9nKb7rwbx0C9xaXgJLApU5bqOwJcVpnwgctJSoLiT41BnhfnLqFyCHCg9iQ8rXBgeKSpjnljlG9qBQrybBcFad-EwpirlTUGylVP2STwQ/s1600/Estrecho+2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="260" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgX8HsrXmemOMx_flFseH2Pd8gFg-RPbe5uGu9nKb7rwbx0C9xaXgJLApU5bqOwJcVpnwgctJSoLiT41BnhfnLqFyCHCg9iQ8rXBgeKSpjnljlG9qBQrybBcFad-EwpirlTUGylVP2STwQ/s1600/Estrecho+2.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;">
<span style="font-weight: normal; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: bold;">En el capítulo 32 de “Viento de
furioso empuje” (a la venta en Amazon) se inicia la invasión de Hispania, una
aventura trágica y a la par apasionante, descrita a fondo en la obra, que
cambiará durante ocho siglos el devenir del conjunto de los hispanos, convertidos
al islam algunos de ellos, como sucedió con los Banu Casi, refugiados otros más
allá de los Pirineos. El resto, tal vez los más decididos, acabaron por plantar
cara en las montañas de Asturias al mayor imperio de su tiempo: el de la dinastía
Omeya.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;">
<b><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: normal;">Capítulo XXXII. </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Hispania</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="letter-spacing: -0.15pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>De
voluntad antojadiza, impaciente jornadas atrás cuando ofrecía a los africanos
un señuelo de aguas rizadas que éstos fueron rechazando al no ser el momento,
el mar permanecía ahora empapado en su propio despecho y proclive a rehusar el
trato entre continentes, de ahí que decidiera exhibir su rostro colérico ante
los hombres que embarcaban en África, frente los que interpuso el obstáculo de
la marejada. Aun así, partieron las naves hacia Hispania<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: windowtext; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; letter-spacing: -.15pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 12.0pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Compuesta
de jábegas pesqueras poco seguras en la mar embravecida, la flota de
embarcaciones menores quedó inservible para el cruce del estrecho y Tariq, en
espera de que las aguas se calmasen —asunto altamente improbable en un mar en
permanente forcejeo con el levante o el poniente—, decidió utilizar tan solo
las cuatro galeras resguardadas en la ensenada de Alcázarseguer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Meses
atrás, el valí había escogido como destino la población de <span style="mso-bidi-font-style: italic;">Julia Traducta</span>, llamada Tarifa en
honor del primero de los musulmanes que un año antes pasó a <span style="mso-bidi-font-style: italic;">la Tierra Grande</span> y conquistó riquezas.
La aventura preliminar había corrido a cargo de Tarif ben Malluk, un esforzado guerrero
al servicio de Musa sobre el que las páginas de la Historia, con independencia
de su breve correría en el campo tarifeño, pasan poco menos que de puntillas.<o:p></o:p></span></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal">
<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=6615327174460805017#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span style="font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span style="color: windowtext; font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 12.0pt;">[1]</span><!--[endif]--></span></span></a><span style="font-family: "Palatino Linotype",serif; font-size: 11.0pt;"> La invasión de
Hispania se inició la noche del 28 al 29 de abril del año 711 de nuestra era.</span></div>
</div>
</div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-51509002070837671492020-06-12T11:09:00.002+02:002021-04-28T10:48:13.457+02:00Párrafos destacados (31)<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3Jik4-fZ60Gl4VI0-Fc8JKvExLFlLEdZrVd57nAWIknKEaur3Gry3lmHNmRs6PitJ3L0DZVYIbF4fTPrnADW0fm_ncQm1Mf4ybxToI-eP6ZLZdWkzFqCCDGrdiFdxfgo8DtRxvdGUZF0/s1600/Altar+de+sacrificios.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3Jik4-fZ60Gl4VI0-Fc8JKvExLFlLEdZrVd57nAWIknKEaur3Gry3lmHNmRs6PitJ3L0DZVYIbF4fTPrnADW0fm_ncQm1Mf4ybxToI-eP6ZLZdWkzFqCCDGrdiFdxfgo8DtRxvdGUZF0/s1600/Altar+de+sacrificios.jpg" /></a></div>
<p class="MsoNormal"><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><span style="font-family: inherit;"><span style="background: white; line-height: 107%;">En la novela histórica </span><span style="background: white; line-height: 107%;">“</span><strong style="box-sizing: border-box; outline: 0px; white-space: pre-wrap;"><span style="border: 1pt none windowtext; padding: 0cm;">Viento de furioso empuje</span></strong><span color="rgba(0, 0, 0, 0.75)" style="white-space: pre-wrap;">” (a la venta en Amazon, tapa blanda en una excelente edición por 17,20€ y en formato Kindle por 3,55€), leemos que los protagonistas han caído prisioneros de un malvado que pretende sacrificarlos a su divinidad particular. Se dirá que nadie es bueno o malo del todo, si bien hay otra versión que concede el axioma solamente a la bondad, porque a unos pocos sujetos satánicos no es posible atribuirles ni un solo acto decente a lo largo de su repulsiva existencia.</span></span><o:p></o:p></span></p>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;"><span style="color: #2b00fe;"><br /></span></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<span style="color: #2b00fe; font-size: medium; letter-spacing: -0.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><b>Capítulo XXXI. La ofrenda expiatoria</b></span></div><div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 0cm;"><span style="color: #2b00fe; letter-spacing: -0.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><b><br /></b></span></div><div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: left; text-indent: 0cm;"><span style="color: #2b00fe; letter-spacing: -0.15pt; text-align: justify;"> <span style="font-size: medium;">Luna nueva en el Rif, cielo limpio, hialino.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-size: medium; letter-spacing: -0.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> Las estrellas del firmamento africano
disfrutaban la ausencia del astro de la noche y bullían de lo más joviales, a
sus anchas, satisfechas de la falta de luz del rutinario y gigantón
antagonista. Y en el fondo de los valles, asumiendo el exilio de los cielos,
algunas capas de plácida niebla ejercían la misión de cubrir las tierras
húmedas. Sayara, la urbe silente y adormecida, acaudalaba fuerzas ante el
amanecer inaplazable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-size: medium; letter-spacing: -0.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> Lobreguez
y pravedad en la cripta, aire viciado, vapores de incienso inundaban el
subterráneo y ascendían indecisos al exterior de la gruta. Todo parecía
asfixiante en la guarida de Masala. Presos Yunán y Witerico, fueron conducidos
junto a Policronio y, como éste, atados de las muñecas al mismo grueso poste
clavado en el suelo, con las manos hacia atrás. Desde allí contemplaron con
detenimiento el extraño lugar de ceremonias. No se trataba de un templo,
tampoco de una sinagoga; sin embargo, lo que advirtieron les hizo suponer que el
oficiante del recinto practicaba la religión judía, o al menos una variante espuria
de esa creencia.</span></div>
</div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-55982898736521719052020-06-10T11:12:00.000+02:002020-06-10T11:12:44.517+02:00Párrafos destacados (30)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUaPPvFzH-bTaGVPs6nyxJ1VSwVdCbp4RdxReAYZNEDonKTPMVuhlSfjLOODa6dWRBhPmtxt9frUmIMy_rcGuhpnt1L9d0sJs4R6MvzfdNxQ1S6GNxTFfEeCXFxc77cy_5Ab8VmCU7Pj0/s1600/Yav%25C3%25A9.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUaPPvFzH-bTaGVPs6nyxJ1VSwVdCbp4RdxReAYZNEDonKTPMVuhlSfjLOODa6dWRBhPmtxt9frUmIMy_rcGuhpnt1L9d0sJs4R6MvzfdNxQ1S6GNxTFfEeCXFxc77cy_5Ab8VmCU7Pj0/s1600/Yav%25C3%25A9.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
Sobre la novela “Viento de furioso empuje” (a la venta en
Amazon), inserto hoy 500 palabras del inicio del capítulo XXX, donde se refiere
la entrada furtiva de los protagonistas de la obra en el palacio de un sujeto
desquiciado al que pretenden descubrirle sus crímenes y rescatar a sus
víctimas. Yunán y Witerico, cada vez más asombrados de lo que van descubriendo
en las galerías que recorren, llegan a un punto en el que dan por hecho que no
saldrán vivos de la guarida de Masala.<o:p></o:p></div>
<div style="text-align: justify;">
<b style="text-indent: 0cm;"><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></b></div>
<div style="text-align: center;">
<b style="text-indent: 0cm;"><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Capítulo XXX. <i>La morada del
sacerdote</i></span></b></div>
<div style="text-align: center;">
<b style="text-indent: 0cm;"><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><i><br /></i></span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Yunán y
Witerico vieron desaparecer a Policronio al otro lado del tapial y decidieron
rodear el caserón. Encontraron varias puertas y numerosas ventanas, pero unas y
otras ofrecían serias dificultades para entrar: El edificio se hallaba muy
vigilado allá donde los accesos permanecían abiertos o gruesos barrotes
sustituían la vigilancia. Y eso sin contar la ronda, cuyo itinerario
desconocían.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando
juzgaban casi imposible superar la protección del palacio e inclinados a
desistir de la misión, Yunán pisó algo entre la hierba que sonó metálico y que
le impulsó a detenerse por temor a que hubiera sido oído. Se trataba de un
portillo de hierro usado como boca de leñera situada a ras del suelo. La
abertura era pequeña, mediría poco más que el grueso de una persona, pero la
tapa se hallaba desencajada, de ahí el tropiezo, y supusieron que lograrían
introducirse en el sótano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Como en
la oscuridad no había modo de comprobar el fondo de aquel recinto, Witerico
cogió un pequeño guijarro y lo dejó caer en su interior. La piedra chocó casi
de inmediato contra la leña, dándoles a entender que la leñera se hallaba
bastante llena y que sería posible descolgarse sin demasiado riesgo a una caída
aparatosa. Uno tras otro, ambos jóvenes se agarraron al contorno del portillo e
hicieron pie sobre los troncos. La leña formaba escalones irregulares que
facilitaron el descenso hacia una puerta que filtraba claridad por las
rendijas. Pegaron el oído a esa puerta y no escucharon nada, así que decidieron
abrirla con cuidado y penetrar en la zona iluminada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los
visitantes se hallaron en una amplia sala llena de fogones y mesas recubiertas
de mármol, se trataba de la cocina del palacio, carente de actividad en esos
instantes. Bajo una campana, cerca del ventanal enrejado que cubría la parte
alta del semisótano, comenzaba a hervir el agua de un perol al que el cocinero,
ahora ausente, no tardaría en añadirle verduras troceadas y algún que otro
hueso carnoso que llenaban un recipiente contiguo, todo ello destinado a darle
sustancia a un guiso de lo más apetitoso. Aparte del guiso, tres gallos
desplumados y ensartados aguardaban su ración de fuego, que junto a varios
panes recién horneados y un pequeño cofín de higos secos, supondrían la cena de
madrugada de la guardia nocturna.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Fuera de
lo que a simple vista se advertía, también atrajo la atención de los visitantes
una gran despensa repleta de quesos, fiambres, encurtidos y conservas que
observaron a través de una amplia rejilla practicada en la puerta. Y pese a que
el contenido de la fresquera se encontraba enclaustrado con su buen cerrojo,
Yunán pudo distinguir tal cantidad de alimentos, cuyo aspecto parecía
destinado a satisfacer paladares más que a nutrir, que al momento dedujo la
marcada diferencia entre las opíparas raciones destinadas a los inquilinos del
caserón y el sustento tan exiguo del resto de los habitantes de Sayara,
compuesto desde hacía días, según explicó Yaidé, a base de generosas tajadas de
hambre.</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-45610355312933585262020-06-08T10:04:00.000+02:002020-06-08T10:11:39.415+02:00Párrafos destacados (29)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggqHIWS5vOMbTOroA7ehhvfhCyDiM3Cq1waN-J18gQj_8DS0lVZpFNVg0dcvzcZxycrZoHGMG583am_t0FXMYXSMCFdc5DSqf6WuwG0oYaA9gyyZz4bO4_VtVWgoJoEoSLOqeX_Tg2m4c/s1600/Calles-de-Pals.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggqHIWS5vOMbTOroA7ehhvfhCyDiM3Cq1waN-J18gQj_8DS0lVZpFNVg0dcvzcZxycrZoHGMG583am_t0FXMYXSMCFdc5DSqf6WuwG0oYaA9gyyZz4bO4_VtVWgoJoEoSLOqeX_Tg2m4c/s1600/Calles-de-Pals.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Utilizo hoy a
Policronio, un personaje peculiar que sirve de contraste a otros protagonistas de
la novela “Viento de furioso empuje” (a la venta en Amazon). Porque esa es la realidad de la
literatura de evasión cuando se quiere que una obra no sea aburrida: debe
abundar el contraste, acompañado de acción, aventura, fantasía, diálogos ocurrentes...
Y Policronio lo ofrece casi todo al ser de lo más propenso a meterse en camisas de once
varas o en jardines enmarañados. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: normal;"><b>Capítulo XXIX. La noche acompañaba a Policronio<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La
noche acompañaba a Policronio desde hacía un buen rato. Ni supo dónde ir ni fue
capaz de confiarse a nadie. Deambuló de acá para allá por la ciudad de Sayara,
tanteando a intervalos su bolsa y guardando aparte algunas monedas para no
exhibir en público su modesto sueldo recién percibido. Un largo vía crucis de
posadas y vinateros fue cuanto dio de sí la bisoñez del muchacho griego, por lo
común una jarrilla de vino, algo de comer y alguna mirada liviana a ciertas
mujeres que solían hallarse al fondo de algunos locales visitados, casi siempre
en zona de penumbras. No llegaron a faltarle, ni mucho menos, sórdidos
ofrecimientos de algunas heteras —como las llamaba en expresión familiar— o de
sus respectivos alcahuetes, en verdad porfiados y molestos; pero en ausencia de
moza saludable a la que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hincarle el
diente</i> —que no saciar el deseo es despertar la vehemencia—, Policronio
pretendía congraciarse a toda costa con alguna viuda de buen ver y mejor tentar
que calmara su ánimo e iniciase en él una carrera que adivinaba gloriosa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y en
éstas andaba el bueno de Policronio, transcurridas más de dos horas desde que
se decidió echar a la calle, cuando al cruzar por un pasaje lóbrego le pareció
observar a un individuo que estimó conocer pese a la oscuridad y pese al vino
que comenzaba a inundar su estómago. Más atolondrado que hábil en ese momento,
decidió usar la falta de cautela incentivada por su estado achispado y seguir
al transeúnte. Se trataba de comprobar si, en efecto, era quien le había
parecido, ya que de confirmarse la identidad del viandante, su compañía podría
conducirle hacia una aventura bien distinta a la amatoria, aunque no menos
atrayente. Policronio ignoraba que, a su vez, unas sombras seguían sus pasos
con gran atención y la discreción necesaria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Después
de caminar a corta distancia de quien le precedía, siempre en dirección a la
zona alta de la ciudad, Policronio advirtió que aquel hombre se detenía junto a
la tapia que rodeaba un gran palacio de dos plantas. A juzgar por las
reparaciones que observó en diversos puntos de la tapia, dedujo que la mansión también
había sufrido los efectos del reciente temporal, si bien la diligencia en remediar
los destrozos le llevó a interpretar que se hallaba ante la residencia de
algún sayara notable y sobre todo bien custodiado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Policronio
parecía lleno de dudas, no sabía qué hacer. Aún no había podido cerciorarse de
a quién estaba siguiendo y los efectos del vino, igual que su curiosidad,
comenzaban a desaparecer a causa del largo paseo bajo una noche bastaste fría.
Desde donde se hallaba, apostado en una esquina limítrofe al palacio,
Policronio solo percibía una figura que usaba almalafa con capucha.</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-66639584187880070462020-06-06T11:33:00.000+02:002020-06-06T11:33:43.057+02:00Párrafos destacados (28)<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk8hMWWYvsSWz1759mXqW-Da_yvl6PWaNUEaZpK4jDACnuO2QBKXpadSuDtHLN4ITNokzJ_55OFG0nniqCtsIkTl_3qpZxboWdNCi5GzxuFs-3lMIRkJlsgBLDusC45KfBSLQ1GXfA2Qo/s1600/Cedros+azulados.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgk8hMWWYvsSWz1759mXqW-Da_yvl6PWaNUEaZpK4jDACnuO2QBKXpadSuDtHLN4ITNokzJ_55OFG0nniqCtsIkTl_3qpZxboWdNCi5GzxuFs-3lMIRkJlsgBLDusC45KfBSLQ1GXfA2Qo/s1600/Cedros+azulados.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Utilizo otro
principio de capítulo, el 28 de “Viento de furioso empuje” (Amazon), para
ofrecer a los posibles lectores de la novela una breve muestra de su contenido,
en el que se narra la aproximación de una caravana de alimentos a la ciudad de Sayara
y las situaciones dramáticas que luego se viven.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
Manolo Marín, en
una amplia crónica de cinco párrafos en el diario La Opinión de Murcia, en su día
incluyó en su reseña el siguiente párrafo: “<b><span style="background: white; color: #373737; line-height: 150%;">La verdad es que hacía
tiempo que no disfrutaba tanto leyendo un libro</span></b><span style="background: white; color: #373737; line-height: 150%;">”.</span><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-weight: normal;">Capítulo XXVIII. </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Ella
debe vivir</span></i></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -0.15pt; text-indent: 0cm;">Transcurría la sexta jornada de marcha. La caravana avanzaba siguiendo el curso del río. </span><span style="letter-spacing: -0.15pt; text-indent: 0cm;">Aun
cuando la ciudad de Sayara accedía esperanzada al encuentro con los viajeros,
mostrándose a ellos en la lejanía, ese mismo río que les acompañó en días
anteriores, de aguas más canturriosas y diáfanas que nunca, quiso apartarse de
los caminos y comenzó a defender su intimidad mediante rocas y escarpaduras,
como si cierto recato a la hora de exhibir la plenitud de su cauce fuese
obligado en toda corriente que nace y muere no lejos de sendos asentamientos
humanos.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Hubo que
desviarse en busca de una nueva cañada y la cáfila comenzó a bordear el macizo
montañoso que protegía la capital del reino de Yaidé. La nueva ruta transitaba
ahora bajo un toldo de encinas y coníferas en el que no faltaban sus buenas
franjas de cedros de un verdor azulado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Todo
parecía encalmado mediada la mañana. El bosque, que tal vez deseaba compensar a
los viajeros ante el desaire del río, les obsequiaba con perfumes, trinos y
sombrajes. Las cabalgaduras iban al paso, cansinas. La dama formaba parte de
los primeros miembros del cortejo. A corta distancia de Yaidé, muy atento,
seguía Witerico; Yunán y Policronio viajaban más rezagados, aunque a la vista.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Nadie
pudo advertir con claridad el peligro. Nadie más que el hispano supo reaccionar
ante la amenaza. Ágil, diestro, osado…, Witerico espoleó con furor su montura
mientras alertaba a gritos a sus hombres y recorría en contados instantes el
trayecto que le separaba de la dama, abalanzándose sobre ella y derribándola al
suelo.</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-46558549523520913512020-06-04T10:58:00.001+02:002020-06-04T10:58:53.393+02:00Párrafos destacados (27)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhxM6SFF5_Sx-iWZ7uPAzPia26GU6YxurthpdNGJL8kelAPykQVzkXSuEfUcoHiEj7DXl5G-zPu1VrzTaS_F29ykfmoGJQWR2sAQuODU6FZYyJO6QtpOvqDRmJtty12R4k1M2V6Lhsl5s/s1600/Balanza.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhxM6SFF5_Sx-iWZ7uPAzPia26GU6YxurthpdNGJL8kelAPykQVzkXSuEfUcoHiEj7DXl5G-zPu1VrzTaS_F29ykfmoGJQWR2sAQuODU6FZYyJO6QtpOvqDRmJtty12R4k1M2V6Lhsl5s/s1600/Balanza.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
La ordalía o
juicio de Dios era una prueba a la que fueron sometidos los reos para demostrar
su inocencia en la Edad Media. En el capítulo 27 de “Viento de furioso empuje”
(Amazon), se narra al detalle una de esas ordalías en la que el acusado debe
enfrentarse al “licor de la verdad” y que Witerico realiza, en su calidad de
juez, para descubrir al culpable entre todos los varones de una aldea y a fin de que
confiese su crimen. El interrogatorio de los aldeanos forma parte, tal
vez, de uno de los episodios más interesantes de la obra. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><b>Capítulo XXVII. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La ordalía</i><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoHeading8" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><br /></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La noche transcurrió en extremo veloz.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No bien el sol hubo mostrado su disco, los
viajeros retomaron el camino de Sayara. Árabe y godo, junto a Policronio y una
partida de cincuenta guerreros, se adelantaron al resto de la caravana con la intención
de permanecer un tiempo en el poblado de Kadim. Efectuaron la entrada por una
de las tres o cuatro callejas de que constaba la aldea, donde no vieron a nadie
en los primeros momentos. Llegaron a una plaza en la que los lugareños
permanecían concentrados, secundando casi a regañadientes la convocatoria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Fue el
propio Kadim quien aguantó la montura de Yunán para que descabalgara y quien le
apercibió acerca del recelo que la propuesta de Witerico había suscitado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>—Y a
pesar de ello, s<i style="mso-bidi-font-style: normal;">idi</i>, he cumplido tus
órdenes —comentó Kadim—, en la plaza se hallan los hombres mayores de catorce
años. La verdad es que aquí se encuentra casi todo el pueblo. Les he comentado
tu arbitraje y también que uno de tus acompañantes les interrogará para aclarar
la desaparición de los niños en el pueblo vecino.</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-39871732851149742012020-06-02T10:15:00.000+02:002020-06-02T11:41:21.779+02:00Párrafos destacados (26)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLTIn35rMGi4xG4TfQzRH9_gNLmqcmu8RGy8uML8IJ5Jo1RE7vsN31CQ1AsZXh4lt8q-5vihS-tQgMeG5aG8z35-t-x4nCDXzC_xWWKIEZdLrbMUxhXjkwNyg7S9Ep9JzxYGcCZrHhCCU/s1600/Xau%25C3%25A9n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLTIn35rMGi4xG4TfQzRH9_gNLmqcmu8RGy8uML8IJ5Jo1RE7vsN31CQ1AsZXh4lt8q-5vihS-tQgMeG5aG8z35-t-x4nCDXzC_xWWKIEZdLrbMUxhXjkwNyg7S9Ep9JzxYGcCZrHhCCU/s1600/Xau%25C3%25A9n.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">He aprovechado uno o más párrafos por capítulo de
la novela “Viento de furioso empuje” (Amazon) para mostrar ciertos pasajes insertados
en la obra. Con tales muestras se pretende ofrecer algo así como un aperitivo
de sus 563 páginas. Al mismo tiempo, creo revelador destacar que detrás del
relato hay más de 10 años de documentación historiográfica, así como un
laborioso intento en acercar al lector al ambiente del siglo VIII. El crítico literario,
Antonio Parra Sanz, lo resume de este modo: <span style="color: blue;">“</span></span><span style="background: white; line-height: 150%;"><span style="color: blue;">Desde Damasco hasta
Hispania, Yunán y Abdelaziz atraparán al lector en una narración vertiginosa,
no exenta del obligado rigor histórico, y que profundiza también en las raíces
religiosas, sociológicas e incluso lingüísticas del Islam”</span></span><span style="background: white; color: #333333; line-height: 150%;">.</span><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<b><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Capítulo XXVI. Camino de Sayara<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Al ritmo
lento y cansino propio de las caravanas, siete eran los días que se precisaban
para llegar hasta la capital del reino de Yaidé. Días en los que el riesgo se
adivinaba constante a causa de unos caminos intransitables; días para los que
se auspiciaba la misma tirantez mal contenida, quizá redoblada, que se
advertía ya entre algunos componentes de la expedición.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La
jornada inicial había concluido. Al pie del monte Hauz, cruzada por el río que
enlaza la comarca de Alcázarseguer con la capital Sayara, se abría una llanura
que acogió a los viajeros. Y en la llanura, la cáfila se
asentó como buenamente pudo entre dos aldeas de pacífico aspecto situadas a
ambos lados del río.<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<b><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">***<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Policronio,
que bebía de una jarrilla y permanecía sentado sobre una gran piedra junto a
la tienda, al avistar la llegada de su patrón acompañado de dos desconocidos
intentó disimular su inclinación al vino de atardecer. Así, cual si se tratase
de un nenito atrapado en el hurto de la miel, no se le ocurrió otra idea que
ocultar la jarra detrás de la piedra. Con tan mala fortuna, que la jarra volcó
y mandó al encuentro de los visitantes un reguero rojizo que el bizantino, con
el ánimo desgarrado, siguió con la vista mientras se alejaba. Eso sí, según
avanzaba el líquido delator, se prometía una y otra vez a sí mismo que la
sangre del excelso Dioniso jamás formaría regata sin haber cruzado antes por su
paladar.</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-58116171678604746862020-05-31T08:03:00.000+02:002020-05-31T12:32:19.605+02:00Descripción física de la novela<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXW_zF-uFicz2bCTHYB3SFh1OMnXb6U6vqGpSXww1-V3FK4swcJjKU0Hu4uqOZu0NpOsZtL4xOrVD2CF99c6oqJzbtBORxcXTIpyrnJfW2NMJwq3APIKU8wGZGxqhry1jeRiaPy0dVTHc/s1600/Viento%252C+con+t%25C3%25ADtulo+580.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="314" data-original-width="570" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXW_zF-uFicz2bCTHYB3SFh1OMnXb6U6vqGpSXww1-V3FK4swcJjKU0Hu4uqOZu0NpOsZtL4xOrVD2CF99c6oqJzbtBORxcXTIpyrnJfW2NMJwq3APIKU8wGZGxqhry1jeRiaPy0dVTHc/s1600/Viento%252C+con+t%25C3%25ADtulo+580.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Imagen de portada de "Viento de furioso empuje". Autor: J. M. Espinosa</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La novela “Viento de furioso empuje” consta de 49
capítulos y 3 anexos: <i>Sinopsis</i>, <i>Relación de personajes con diálogo</i>
(donde se destacan los principales y los históricos) y, al final del texto, un <i>Glosario de
términos dificultosos</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La <a href="https://www.amazon.es/l/B086GY5427?_encoding=UTF8&redirectedFromKindleDbs=true&ref_=dp_byline_cont_ebooks_1&rfkd=1&shoppingPortalEnabled=true"><span style="color: blue;">edición impresa de Amazon</span></a> eleva el número de páginas hasta las 563, que se leen la mar
de bien gracias a que han utilizado un papel tipo offset, poco satinado para
evitar reflejos, y una impresión en negro de lo más limpia. El tamaño de letra es
el adecuado para no obligar la vista y posee unos márgenes suficientes para
abrir el libro sin llegar a forzarlo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por otra
parte, la portada es simplemente hermosa, extraída de un lienzo pintado al óleo
que alegoriza la batalla de Guadalete en el 711(suceso descrito ampliamente en la obra), cuyo autor es J.M. Espinosa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Si a todo
esto le sumamos que el precio es de 16,34€ (3,55€ en la versión Kindle), y que
los lectores de la primera edición la disfrutaron mucho, como acreditan sus reseñas en el blog, entonces la pregunta es obligada: ¿Te la vas a perder? </span></div>
</div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-39402670560724521792020-05-29T10:49:00.000+02:002020-05-29T10:49:03.372+02:00Párrafos destacados (25)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyG7bP3t843fp6HU2fs5YolKmq01_ECayYs2ZDIstGn0CoKiv8NSALqH0Cd_kMMF39WeAMJ4X81FrZCZrHws60q99I7DVh32qNxb03pArBp70y2kXcgbQGtFsV1hReBp3wfoZLoEZ9PMk/s1600/Bosque.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="315" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyG7bP3t843fp6HU2fs5YolKmq01_ECayYs2ZDIstGn0CoKiv8NSALqH0Cd_kMMF39WeAMJ4X81FrZCZrHws60q99I7DVh32qNxb03pArBp70y2kXcgbQGtFsV1hReBp3wfoZLoEZ9PMk/s1600/Bosque.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">De la novela “Viento de furioso empuje”, cuya
edición en papel de Amazon es bastante buena (también el Kindle), tomo hoy dos
párrafos del inicio del capítulo XXV, que describe una expedición de socorro ordenada
por Tariq en ayuda del pueblo sayara, ubicado en un macizo montañoso poco menos
que inaccesible. <o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: center;">
<b><span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Capítulo XXV. Poder o belleza<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-right: -5.4pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La
nutrida expedición abandonó la bahía. El destino era Sayara, la ciudad de los
alcores. La caravana se desplazaba lenta, dificultosa, a través de paisajes
boscosos y arriscados en los que el reciente temporal sembró múltiples
erosiones. En cabeza del cortejo podía distinguirse a Yaidé y a su reducido
séquito. Cerca de la dama aparecía Yunán, que no quiso prescindir en esta
ocasión de la compañía de Policronio. Y a corta distancia, insertado entre la
mujer judía y el agareno, destacaba la presencia del más joven de los jefes
godos, Witerico. Todos contaban a su alrededor con servidores o acompañantes
propios. A Yaidé le fueron asignadas dos esclavas y una guardia personal de
seis hombres. Yunán disponía de quinientos guerreros distribuidos a lo largo
de la caravana. Witerico, a su vez, llevó consigo una docena de jinetes
extraídos de la partida que acompañó al conde Julián hasta Alcázarseguer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="letter-spacing: -.15pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La vanguardia de la comitiva ofrecía un
aspecto de lo más variopinto, diríase formada por una representación de razas
y creencias cuyos miembros fueron dotados de vistosos atuendos y monturas
impares. Yaidé, beréber rifeña, judía diaspórica, se cubría con albadena rosada
y sobreveste azul, obsequios del valí, y había escogido para el viaje una sosegada
mula de pelo cano. Yunán, árabe mequense, musulmán de obediencia omeya, usaba
ropaje blanco con turbante y montaba sobre un corcel bayo. Griego hespérido y
cristiano de rito bizantino, Policronio vestía camisola rayada, chaleco de
cuero, calzón negro zahonado, botas de media caña y almejí en tono terroso, e
iba transportado animosamente a lomos de un <i>almifar</i><span style="mso-bidi-font-style: italic;"> o caballo ligero</span>. Por su parte
Witerico, godo toledano, cristiano romanizado, recubría su cuerpo con
indumentaria guerrera en la que no faltaban el peto acorazado y el casco, y
cabalgaba sobre caballo alazano. Junto a tales personajes, un sinfín de coloridos
y ajuares completaban la singular caravana de alimentos.</span></div>
Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6615327174460805017.post-74322660435259223842020-05-27T19:55:00.000+02:002020-05-28T09:33:24.298+02:00Ejemplares en papel impreso, no hay nada igual<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh41C26_woZlk8KAd1F5Eae2YOh4Cx0Q5zKNTlHCum1XJ4a4nUXk7JXlJBpvaApkuwPDl8l7bOvXIpKmjhsnB5wcx9aciuxy57d71F4AayENIPT99J1YzV5t62ltFkYcnUrmHgqHrdAUPQ/s1600/Libro+impreso.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="826" data-original-width="560" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh41C26_woZlk8KAd1F5Eae2YOh4Cx0Q5zKNTlHCum1XJ4a4nUXk7JXlJBpvaApkuwPDl8l7bOvXIpKmjhsnB5wcx9aciuxy57d71F4AayENIPT99J1YzV5t62ltFkYcnUrmHgqHrdAUPQ/s1600/Libro+impreso.jpg" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No puedo estar más satisfecho,
Amazon me ha enviado unos ejemplares de mi novela y tienen una calidad muy
aceptable, incluyendo la letra. La novela se titula “Viento de furioso empuje”,
2ª edición, revisada en marzo de 2020. Cuesta 16,34€ y antes de una semana te
la envían a casa. Gracias, amigos, y animaros si os gusta la lectura en papel.<o:p></o:p></div>
<br />Pedro Espinosa Garcíahttp://www.blogger.com/profile/01358547935655044484noreply@blogger.com0