En el último párrafo de la entrada
anterior anoté lo que sigue: “De modo que di por hecho que debería de
haber un ejército acampado en una playa, dispuesto a embarcar al amanecer y a
partir a la conquista de un territorio. No importa cuántos miles de guerreros
formen parte de ese ejército, ni tampoco que el número de las naves sea muy
elevado, en las páginas de una novela cabe todo y algo más”.
Y concluyo el relato del inicio de la
novela: El primer ejército que se me vino a la mente y que reunía las
condiciones descritas en el párrafo anterior, siempre desde un punto de vista
del hecho memorable, fue el encabezado por el rey Jaime I de Aragón. Y la playa
no podía ser otra que la de Salou, de donde partieron las naves a la conquista
de Mallorca.
Pero acabé descartando esa idea al
tratarse de un pasaje histórico que creí bastante conocido, de modo que me
dediqué a pensar en posibles hecho similares, en otras zonas y en otras épocas,
hasta que reparé en la invasión de Hispania a cargo de los musulmanes, una
etapa mucho más ignota que la anterior, sobre todo si alguien tratara de
narrarla desde el punto de vista de los islamitas invasores. Y ahí comenzó mi
primer gran reto: Cómo saberlo todo, o por lo menos lo suficiente, de ese
decisivo período histórico. El resultado: Unas 500 páginas de "Viento de furioso empuje".
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